En los inicios de la época profesional del fútbol mexicano, surgen grupos de animación encargados de darle colorido, pasión y brindar apoyo a sus respectivos equipos; estos grupos eran familiares, en los cuales podía participar desde el hijo más pequeño hasta los papás.

Es el año de 1967 cuando se funda en la ciudad de México el primer grupo de animación conocido como la Tito tepito, la cual apoyaba al equipo de fútbol Atlante, sin embargo no es sino hasta la década de los 90´s cuando se da un "boom" es en la ciudad de Pachuca Hidalgo, en el año de 1996 cuando se introduce la primer barra brava denominada "Ultra Tuza" con un estilo sudamericano; dicha organización asistía a los partidos del Club Pachuca, siempre acompañados por banderas, tambores, y cánticos al más puro estilo de sudamérica.

En 1997 surgen otras organizaciones como "Los de Abajo" que apoyaba al club León y "la legión 1908" de las chivas del Guadalajara. En 1999 América y pumas hacen lo propio creando "la monumental" y "la Rebel" a la par han ido surgiendo otras barras como "la Adicción" "libres y lokos" o "la perra brava".

Entre todas estas Asociaciones destaca un factor a considerar, la violencia, ya que son muchos los casos en los que se han visto envueltos, el más reciente ocurrió durante la jornada 8 del torneo clausura 2017, en el estadio "Luis Pirata Fuente" de Veracruz, entre las aficiones de Tigres y Veracruz. En dichos actos participó el técnico del Club Tigres Ricardo "Tuca" Ferretti; al final todo quedó en un partido de veto para el estadio de Veracruz.

De las Barras se puede decir mucho, sin embargo pocas han sido las acciones de la Federación Mexicana de Fútbol y de los dueños por acabar con este mal que amenaza cada ves más y está alejando a las familias de los estadios. Tan solo en lo que va de este torneo el promedio de asistencia por partido es de 70% de la capacidad total de cada inmueble.

Sin embargo, ¿cuál es el detonante de esta violencia? Muchas de las ocasiones, lo que se genera dentro del terreno de juego se traslada a las tribunas, ya que tanto directores técnicos y jugadores son ejemplo para los aficionados. que con el afán de hacer sentir su apoyo al máximo son victima de sus emociones, las cuales se transforman en frustración, ira y eso ha provocado sangrientos encuentros entre aficionados.