Durante la Segunda Guerra Mundial, ocho generales presentaron una carta ante el dictador español, Francisco Franco. La intención de la misiva era solicitarle su dimisión, para que la monarquía asumiera el poder y control del Estado. Orgaz, Kindelán y otros militares son parte de los firmantes del manuscrito. Para algunos, los hechos de hoy, con la carta de ex militares al rey Felipe VI, sobre el deterioro de la democracia, parecen emular las circunstancias de antaño.
Luis Orgaz Yoldi fue el artífice de la carta junto a otros destacados militares españoles.
El general español tuvo varios puestos de relevancia militar, fue jefe de la División Reforzada de Madrid, e impulsor de las academias de oficiales provisionales durante la Guerra Civil española. Durante el franquismo Orgaz se desempeñó como procurador de las Cortes Españolas, a pesar de ello el militar siempre mantuvo un acentuado rechazo contra todo lo relacionado a Francisco Franco.
Franco enfrentaba una oposición dura a lo interno
El contexto de la Segunda Guerra Mundial, sirvió para que el 15 de septiembre de 1943, se entregara una carta que iba dirigida nada más y menos que al general Francisco Franco. El enviado que guardaba en sus manos la misiva era José Enrique Varela, en sus manos estaba la responsabilidad fundamental de poner al tanto de los hechos al centro del poder español.
El experimentado militar español había estado detenido meses atrás tras haber ejecutado acciones pro-monárquicas.
Una carta con cautela para Francisco Franco
El general Francisco Franco leyó la carta, en la que se exaltaban sus dotes militares, y su superioridad como estadista, así como se valoraba su papel al frente de la guerra.
Los recursos empleados por el grupo militar en el texto permitían razonablemente interpretar el hecho de que el ambiente de crispación nacional era intenso como nunca antes, y que ellos, los firmantes, actuando de esa manera, buscaban evitar una repentina respuesta por parte del dictador español ante su solicitud.
En la carta a Francisco Franco, los militares rechazan cualquier injerencia externa, así como cualquier intento de brote comunista en el país, por lo que dan un espaldarazo a la doctrina franquista.
Pero sin escapar del fondo real de la comunicación, expresan lo siguiente: “Quisiéramos que el acierto que entonces nos acompañó no nos abandonara hoy al preguntar con lealtad, respeto y afecto a nuestro generalísimo si no estima como nosotros llegado el momento de dotar a España de un régimen estatal.”
En 1943 la España de Franco estaba una situación delicada
Orgaz, el destacado general, tras no haber derrocado al régimen franquista mediante la vía de la fuerza, optó por el camino de la diplomacia. Junto a Fidel Dávila, José Enrique Varela, Miguel Ponte, Andrés Saliquet, José Solchaga, Alfredo Kindelán y Luis Orgaz Yoldi se convirtieron en los firmantes de la carta a Francisco Franco. Todos ellos aprovecharon una circunstancia internacional delicada, como baza para dar soporte a su tímida pero real sugerencia al dictador español.
Orgaz abogaba por la restauración de la monarquía española, como cabeza del Estado español. A pesar de que las muertes de Calvo Sotelo y Sanjurjo frenaron sus planes para instaurar un sistema distinto al de ese momento. La tesis del general Orgaz defendía el derrocamiento de la República, un pronunciamiento para la conformación de un gobierno de militares y civiles, que iba a dirigir Calvo Sotelo o Sanjurjo.
Con la instauración de un gobierno nuevo, se debería traer a Madrid a Alfonso XIII, Orgaz creía que se tenía que coronar de nuevo al rey de España. El monarca debía renunciar dos años después, y con ello se haría cargo de la reestructuración de la nación para avanzar en un sistema político de monarquía parlamentaria bipartidista.
Luis Orgaz Yoldi propugnaba siempre el papel de los Borbones y con ello de la Casa Real en la reconstrucción española.
Franco y las circunstancias de hoy
Las cartas que los ex militares hacen llegar al rey Felipe VI, que hoy la Zarzuela remite a Defensa, una misiva donde cuestionan la democracia española, así como los denominados acuerdos entre la coalición del Gobierno español, hacen rememorar el pasado de la carta de Francisco Franco, sin olvidar las diferencias, pero manteniendo una relación curiosa.