No le daban de comer ni de beber. Pasaba desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche deambulando por el centro de Barcelona pidiendo para llevarse algo a la boca. No le llevaron al médico cuando se percataron de que una enfermedad estaba acabando con una de sus piernas. Todas estas acusaciones recaen sobre dos hombres y una mujer que presuntamente mantenían a un anciano mendigo procedente de Rumanía en unas condiciones infrahumanas, donde no le darían nada de la limosna que este conseguía en las calles de la Ciudad Condal.
La víctima es un hombre de 76 años de origen rumano, que hace cinco años llegó a Barcelona en busca de una vida mejor.
En su país natal estaba viudo, se encontraba desempleado y era mantenido por unos vecinos. Esta situación habría sido aprovechada por los acusados para sacar rédito económico explotando su mendicidad en la Ciudad Condal. Es así que propusieron al anciano venir a España prometiéndole que su vida cambiaría drásticamente. El hombre rumano aceptó, se montó en un autobús y cruzó toda Europa hasta llegar a Cataluña. Sin embargo, no esperaba la vida que iba a tener en su destino.
El anciano mendigo vivía entre cartones y no le daban de comer ni de beber
Le habrían prometido que su trabajo consistiría en pedir limosna en el centro de Barcelona y que lo obtenido se dividiría por la mitad, según la Fiscalía.
Sin embargo, una vez en la ciudad, el anciano mendigo vivió una pesadilla durante seis meses. En primer lugar, era obligado a dormir en un local abandonado sin comida ni bebida y entre cartones. La fiscal apunta a que solo comía lo que los peatones le daban y que en todo momento se encontraba vigilado por si denunciaba su situación.
Debido a las condiciones en las que estaba, el mendigo sufrió la amputación de una pierna
La falta de higiene y las condiciones extremas en las que estaba viviendo provocaron que el hombre de 76 años sufriera una gangrena en un pie que rápidamente se trasladó a toda la pierna. Hay que tener en cuenta que antes fue llevado de nuevo a Rumanía para que le amputasen algunos dedos.
Sin embargo, el empeoramiento de esta enfermedad provocó una necrosis que obligó a que le amputaran dicha pierna. Debido al dolor, el anciano mendigo se vio obligado a pedir ayuda a las personas que pasaban por donde él se encontraba. De esta manera se dio la voz de alarma de lo que estaba ocurriendo.
Piden 30 años de prisión para cada uno de los acusados
La Fiscalía, por todo ello, acusa a los dos hombres y a una mujer de delitos de trata y mendicidad, así como de delito de lesiones. Asimismo piden para cada uno 30 años de prisión y una indemnización de más de 224.000 euros al anciano mendigo. También se está investigando la presunta venta de la víctima por 400 euros a otro supuesto explotador durante el traslado a Rumanía para la amputación de los dedos del hombre de 76 años.