Zaragoza, este pasado día 6 de enero, cumplió 9 siglos desde que Alfonso I el Batallador la reconquistara a los musulmanes. Sí, nos encontramos ante una temporada repleta de conmemoraciones.

Alfonso I el Batallador (c. 1073 - Poleñino, Aragón, 7 de septiembre de 1134), estando con su comitiva en la actual Cavia, a escasos 15 km al oeste de la ciudad de Burgos, y perfilando su particular estrategia cruzada de reconquista sobre los territorios de la antigua taifa de Saraqusta, a la vez que trataba de solucionar algunos problemas cortesanos con su anterior mujer Doña Urraca.

Las fuentes nos dan constancia de que se encontraba por tierras castellanas por una carta fechada en la que concede el honor a un caballero jacetano llamado Íñigo Jiménez de Asieso, una familia en propiedad para servirle, compuesta por Iñigo Aznárez, su mujer Sancha y el resto de su prole, residentes en Casala, un pueblecito rural, hoy desaparecido, cerca de Canfranc, además de una yugada de tierra y cuatro argenzatas de viñedos.

Una fecha a recordar: 18 de diciembre de 1118

Iniciado el 1118 cuando el Concilio de Toulouse otorgaba vías favorables de cruzada a cuantos participasen en la cruzada de Zaragoza, no fue relativamente difícil concentrar el ejército aragonés y cristiano en Ayerbe. El cual, a su paso hacia Zaragoza, se tomó y se apoderó de las plazas de Almudévar, Gurrea de Gállego y Zuera.

Las tropas de Alfonso I se ocuparán en preparar a sus huestes de ultrapirineos (aquitanos, bearneses, normandos, bigorranos y occitanos) para que bajen a la cruzada contra Saraqusta, preparada para primavera.

Al margen de este tema bélico de conquista de pueblos, resulta de interés indicar la masiva presencia de francos y bearneses (franceses, en definitiva) junto a los naturales de Aragón en aquella tropa conquistadora.

Tras varias vicisitudes bélicas, Zaragoza finalmente se entregaba el 18 de diciembre de 1118.

De Saraqusta a Zaragoza

Este asedio se completó con el corte de la acequia de la zona de la Romareda, principal fuente de abastecimiento de la ciudad hasta la fecha y cuyo nombre, ha sido adoptado por el actual equipo de fútbol municipal.

La ocupación se efectuó no de manera trágica como otras ocurridas en el pasado (véase el cerco numantino), sino más bien de manera simbólica con la toma de posesión de Alfonso I de la Azuda, que era el edificio de gobierno por aquel entonces, hoy Torreón de la Zuda, situado entre el puente de Santiago y la iglesia de San Juan de los Panetes.

Aun con todo, la ciudad continuó siendo habitada por una temporada más por población musulmana. Según José Mª Lacarra, cifrada entre 20 y 25.000 habitantes.

Tras esta fecha, poco tiempo después, hacia el 1120, otras ciudades como Tudela y Tarazona caían en manos del Batallador. Una fecha también de especial importancia porque se iniciaba también la repoblación en Soria y Calatayud.

Pero eso ya es otra Historia.

En definitiva, nos encontramos ante un importante episodio para el devenir de la Historia de España en general y de la Historia de Zaragoza en particular.

¿Lograremos en la actual ciudad de Zaragoza organizar su particular homenaje en forma de recreación histórica o cualquier otro tipo de evento cultural para aprendizaje y disfrute del público?