"1-O, El inicio"

Hoy día 1 de octubre me levanto más temprano de lo habitual. Hago mis quehaceres diarios con la intención de empezar un viaje hacia la ciudad de Zaragoza (Zaragoza). Salimos a eso de las 10:30 horas, tenemos unas dos horas de camino pero el problema es aparcar en cuanto lleguemos. Así que para solventar el inconveniente vamos en moto. Tras un recorrido por la N232 y una parada para tomar un café, proseguimos y llegamos a la ciudad de Zaragoza. Entramos justo por la entrada que va a dar a la zona se ubicaba la Expo Zaragoza. Una zona ajardinada con paseos que llaman la atención.

Edificios muy genuinos y multitud de gente paseando, y en un día como hoy, no lo van a hacer con ropa de deporte, si no con ropajes tradicionales de Aragón. Tienes de todas las clases y colores, pero todos de época. No toda la gente va así, pero sí una cantidad importante de sus ciudadanos.

"Avistamos la Basílica desde la carretera"

Llegamos al denominado Puente de Hierro, por encima del Río Ebro, lamentablemente y con las pocas lluvias que ha habido hasta el momento, el río viene bajo de agua. Atravesamos el puente y llegamos a una de las plazas significativa de la zona, la Plaza Europa. Esta es una plaza con un monolito en el medio, y rodeándolo unas estrellas que simbolizan la Unión Europea.

Sin darte de cuenta te metes en el paseo Echegaray y Caballero. Este un paseo que recorre el río por el lado de la basílica del Pilar.

Aparcamos la moto y nos disponemos a seguir a pie por el paseo Echegaray, llegando hasta el puente de Santiago. Este enclave inundado ahora por tranvías, desde donde se pueden observar las murallas antiguas de la ciudad de Zaragoza y la Iglesia de San Juan de los Penates.

Si seguimos la muralla nos encontraremos una estatua de Cesar Augusto, frente a una de las entradas del mercado de abastos.

Cruzamos este lugar con dirección a la basílica del Pilar, pero por el lado del río, hasta llegar al Puente de Piedra. Este es un famoso puente ya que en uno de sus pies cuenta con el famoso pozo de San Lázaro, una poza de agua entre las dos arcadas mas septentrionales del puente.

Esta poza debe el nombre al convento de San Lázaro que se situaba en el barrio del Arrabal. Existe una leyenda sobre el puente denominada "La leyenda del Pozo de San Lázaro", que trata sobre dos jóvenes enamorados. Este puente está presidido por unos leones impresionantes, desde el cual se puede sacar una de las mejores perspectivas para fotografiar el La Basílica del Pilar.

"La Calle Don Jaime I"

Dejando a la izquierda el Puente de Piedra, nos dirigimos por la Calle Don Jaime I, bordeando la basílica del Pilar, por lo que llegamos a la Plaza del Pilar. Llegados a este punto y rodeados de multitud inmensa de gente, observamos un manto de flores de una altura más que considerable, arriba del todo la queridísima Virgen Del Pilar esplendorosa con su manto de flores.

Por las calles que dan a la plaza y por un recorrido vallado, transcurren ciudadanos y agradecidos a la virgen del Pilar con sus ofrendas florales pertinentes, sus traje típicos Aragoneses, aunque también nos podemos encontrar trajes típicos de otras regiones de España e incluso Latinoamérica. Desde aquí se visualiza a nuestra derecha la basílica por el lado de la plaza del Pilar, el ayuntamiento de Zaragoza, una estatua de Don Fracisco De Goya y la familia Goicoechea. A nuestra izquierda las termas romanas que se encuentran bajo el trozo de plaza que preside la Catedral del Salvador.

"A comer"

Si continuamos subiendo por la calle de Don Jaime I llegaremos hasta el museo de Goya, una vez pasado este y casi acabando la calle veremos El teatro Principal, y su plaza.

Una vez en este cruce de calles llegamos a la calle del Coso, a nuestra derecha la Plaza de España con el paseo de la Independencia. Nosotros, en este momento, seguiremos por la izquierda, pasando frente el Hotel Reino de Aragón y la zona del Tubo, con dirección a la plaza de San Miguel ( con la casa de Goya). Aquí callejearemos un poco hasta llegar al a calle del Heroísmo, y siendo la hora que es ,las 14:30 horas, pararemos a comer en una taberna de comida típica aragonesa, exactamente comida de Teruel, denominada Pantagruel.

En este lugar ofertan tablas de curados (embutido típico de Teruel), de ahumados (pescado como salmón, etc.) y de patés, que por cierto yo de patés no entiendo mucho, pero hay dos que llaman mucho la atención, uno todavía no se de que es, pero esta para chuparse los dedos, el otro es de queso de cabra, y también esta para chuparse los dedos.

Pedimos una tabla de cada, acompañado por pan de pueblo tostado y una botella de vino, el vino sin exquisiteces, para comer bien, sin más. El precio muy aconsejable, ronda los 28 euros todo. Hay que contar que cada tabla viene con su botella de vino, con una nos bastó, que luego hay que volver.

"De Postre y tertulia"

Una vez con el estomago lleno faltaban el café y el helado. Recorremos la calle del Coso a la inversa, llegando al plaza de España, ahí se concentraba gran numero de personas, es el centro de la ciudad, y por donde discurre una de las filas por donde se hace la ofrenda. Atravesamos un centro comercial (Puerta Cinégia), con multitud de sitios de restauración, y cuando digo atravesar es que atravesamos por dentro, llegando a una de las calles traseras, calle cuatro de Agosto, hasta llegar a la calle Alfonso I.

Aquí tras atravesar la fila de la ofrenda, pasamos al otro lado, previo permiso de la policía local de Zaragoza, los cuales regulan el paso por zonas habilitadas. Entrando en la heladería Smöy. Aquí cae el pecado del goloso, uno de yogur, con chocolate belga y lacasitos pequeños por toda la terrina. ¡¡¡Bua, como me puse!!!, que bueno estaba. Seguimos por la calle Fuente Clara, hasta la plaza de San Felipe. En esta plaza encontraremos la iglesia de San Felipe y el museo Pablo Gargallo. Pero en una de las esquinas, y en mi opinión, existe una de las mejores cafeterías de la ciudad, Doña Hipólita, en pocos sitios he probado un café con un tueste y un sabor igual, y todos los que tomamos allí el café coincidimos.

Si encima añadimos la amabilidad y educación del personal como en pocos sitios queda ya, a parte del precio el cual no se diferencia de cualquier otro lugar. Con todo esto juntamos los factores para que sea lugar de obligada visita.

"Y para acabar"

Después del café exquisito, volvemos hacia la plaza del Pilar por la calle Alfonso I, sacando unas cuantas fotos a la virgen con su manto. Posteriormente y como no podía faltar, la anual visita a la basílica del Pilar ¡magnánima!. Repleta ,como era de esperar, de gente, y más en un día así. Entramos a la sacristía y ahí compramos cintas del Pilar, que como bien se sabe son la medida de la Virgen y están bendecidas, ¿el color?, la bandera de España, la cual no podía faltar en un día lleno de simbolismo y unión.

Y así saliendo por una de las puertas de la basílica que da al paseo Echegaray, recogemos la moto, y de vuelta para casa. Que después de casi ocho horas, aún nos quedan dos para llegar del todo. Un grato día, el año que viene a repetir. Zaragoza una ciudad muy grande y no solo en extensión.