Fez es una CIUDAD tranquila y discreta que en los últimos años, se ha vuelto el foco de atención y deseo de una nueva generación de diseñadores, emprendedores y hoteleros, que le han dado una nueva dimensión a esta seductora ciudad, que se sigue manteniendo fiel a sus antiguas tradiciones y espíritu singular.

Hay #ciudades que amamos porque están siempre en movimiento, cambiantes de formas, olores, colores, y cuyo objetivo es lo nuevo, lo innovador y lo inesperado. Y luego hay ciudades que amamos porque nunca parecen cambiar: año tras año, #viaje tras viaje, aparecen como trayéndonos un recuerdo amable y tranquilizador de ellas mismas, como si no quisieran ser olvidadas, mostrándonos que están orgullosas de ser como son.

Durante muchos años, #Fez fue miembro de este último grupo, memorable no por sus nuevos hoteles o tiendas, sino por la fiable igualdad de su pintoresca medina; una serie de calles estrechas que a cada paso parecen excavar, más y más profundo en la tierra y en el pasado, con su variado pero armonioso sentido de la estética, cada uno enriquecido por los africanos y persas que poblaron por primera vez la ciudad. Aunque también parece que nada permanece intacto, y nada se pierde completamente, su arquitectura, como todo lo demás, permanecen medio arruinadas y medio inalteradas.

El Cambio

Recientemente, algo comenzó a suceder en #Fez. A diferencia de #Marrakech -siempre abierto y dispuesto a recibir a los expatriados-, Fez no fue dado a dar la bienvenida a los inmigrantes.

Sin embargo, en los últimos años, un grupo de intrépidos emprendedores, junto con un pequeño pero influyente grupo de lugareños, han comenzado a cambiar la cara de Fez, para traer a sus senderos medievales nuevos lugares para ir de compras, comer y dormir.

Ellos pretenden no transformar la #ciudad; ellos, como todos nosotros, están ahí por lo que #Fez ya es, no por lo que quieren que sea, sino para recordarnos que ninguna ciudad es un museo y que cada lugar ocasionalmente se debe rehacer en sí, incluso en silencio, si es para permanecer vital.

Lo que ha surgido es un #Fez que todavía se siente tan gloriosamente inmutable, tan fiel a sí mismo, como siempre lo fue, pero con un poco más de confort y una sincera apertura a las nuevas ideas y a los extranjeros. Una muestra de esto, es que el mejor spa de hotel del mundo se encuentra en el Palais Shéhérazade & Spa ubicado en el corazón de la mítica medina de Fez.