Todos los días nos bombardean con anuncios de viajes baratos y los mejores buscadores de hoteles, nos muestran presupuestos irrisorios para destinos de ensueño y no nos cansamos de ver esos anuncios con las ofertas más increíbles para viajar en tiempos de crisis.

La realidad es que cuando intentamos conseguir una de esas ofertas, resulta que las fechas disponibles para ese precio tan maravilloso nunca coincide con festivos, fines de semana o puentes, que es cuando la mayoría de personas puede viajar. Es complicado organizar un viaje a Praga de lunes a miércoles, saliendo a las siete de la tarde, con cuatro escalas.

Poco a poco te das cuenta de que todas estas ofertas no son más que un reclamo, ¡Ojo! no son un timo: el precio es real, simplemente no es una combinación realista para ese tipo de viajes.

¿Cómo podemos viajar realmente barato?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que la planificación con tiempo es primordial. Debemos dedicar un tiempo a comparar precios no sólo de vuelos, sino también de destinos.

Si estamos abiertos a elegir un destino cualquiera es mucho más fácil encontrar verdaderos chollos. Y no es necesario irte a un país cuyo nombre seamos incapaces de pronunciar, sino que podemos visitar un país europeo que quizá no estaba en nuestra lista de prioridades pero que tiene mucho que ofrecer.

Lo principal es saber elegir bien las fechas: los fines de semana previos y posteriores a un puente suelen ser mucho más económicos.

No te fíes siempre de los buscadores, introduce tus propias fechas y revisa toda la lista de opciones: A veces un vuelo con un horario mucho más cómodo y sin escalas tiene una pequeña diferencia de precio que bien vale la pena pagar y disponer de más tiempo para disfrutar de la ciudad.

Busca en otro aeropuerto de salida: puede que sea mucho más económico el vuelo y la diferencia te permita pagar el trayecto hasta allí, ida y vuelta.

No sólo con los vuelos hay que ser minucioso: En los hoteles y alojamientos pasa lo mismo. En muchas ocasiones hemos pecado de ignorantes aceptando la oferta más económica en una web de viajes y resultó ser un hotel muy deficiente, alejado del centro y con un pésimo servicio.

¿Nuestro consejo? Pasa de hoteles: los apartamentos de particulares son mucho más económicos, y podréis alojaros en grupo si vais los amigos o una familia. Eso permite además ahorrar enormemente en comida: Podéis hacer la compra en un supermercado local y cocinar allí mismo, preparar bocadillos o comida para llevar y dedicaros a hacer turismo todo el día.

Cuidado con las distancias: Es importante saber dónde está ubicado el hotel o apartamento, y qué paradas de trasporte urbano existen. Otro trayecto que debéis tener en cuenta es el que va del aeropuerto al hotel y viceversa: si hay metro, autobús o tranvía, debéis informaros antes de las líneas y el precio del billete.

Gastos con los que no cuentas y que arruinan tus vacaciones

En todos los viajes pueden surgir imprevistos y es recomendable llevar siempre un dinero extra para solventar cualquiera de estas situaciones, pero no es el único gasto con el que os podéis encontrar y que no habíais pensado:

- Entradas y peajes: Antes de viajar, es importante consultar una guía de viaje o un foro de viajeros para saber qué es lo que podéis ver durante vuestra estancia. En las webs oficiales encontrareis horarios y precios de las entradas a los principales museos y monumentos, incluso el precio si la hay, de las audioguías.

Haced una lista de los lugares que queréis visitar, el precio por entrada y el precio del trayecto, si es en trasporte público hasta el lugar.

- Gastos médicos: En algunos países se debe abonar una cantidad económica para acceder a la sanidad, incluso aunque cuentes con un seguro de viajes o tengas la tarjeta sanitaria europea. Infórmate bien de esta circunstancia antes de viajar.

- Cambio de moneda: En el cambio de moneda se puede perder dinero, el valor de las divisas varía de un lugar a otro, incluso de un establecimiento a otro.

Ahora sólo queda decidir el destino y volar...