¿Qué beneficios tiene viajar?

Hacer un viaje en algún momento para romper la rutina diaria tiene increíbles beneficios. Como redacta la neuróloga Ana Pérez Menéndez, en un artículo para "MundoMayor", viajar es una manera de despejar la mente y el cuerpo. No importa el "a dónde" ni el "cuánto tiempo". Lo que si es imprescindible, es dejar atrás la zona de confort o rutinaria en la que vivimos, pero esto no implica hacer un viaje largo y lejano. Por otro lado, y esto es primordial, vivir el viaje.

Por ello, podemos resumir que un viaje relaja y despeja nuestro cuerpo, pues el simple hecho de no tener que ir a trabajar o estudiar durante las vacaciones, nos facilita esa "chispa" de libertad y relax que tanto merecemos.

Y es que viajar no solo significa descanso, si no también implica conocer culturas, gastronomías, estilos de vida...

La difícil tarea de desconectar

Son ya muchos los viajes que han sido estresantes. Pero, ¿a qué se debe esto? Sencillamente, la cotidiana rutina de ir a trabajar y las avanzadas tecnologías sociales, pueden en ocasiones ser la causas principales que evitan el disfrute de las vacaciones. Aquí aparece el famoso "síndrome prevacacional". Esta es una preocupación que aparece justo antes de la salida de viaje que consiste en un estrés por dejar todo hecho antes de las vacaciones. Muchos de los trabajadores y estudiantes que se ha decidido a tomar unas vacaciones padecen de esta ansiedad.

Sin embargo, la solución no es complicada pero si es difícil llevarla a cabo.

La sencilla respuesta a este problema es la "desconexión laboral". Parece algo simple pero es bastante complicado. Aceptar que las vacaciones han empezado y desconectar el móvil y redes sociales relacionadas con el trabajo, es la manera única y más sencilla de prevenir el estrés.

Por ello al viajar nos alejamos de nuestra zona rutinaria y podemos evitar pensar en los problemas de trabajo, exámenes...

Hora de volver, ¿depresión? o, mejor no

No ha de ser una etapa de depresión el volver de las vacaciones. Aunque saber que volver de las vacaciones al día siguiente entristece un poco, existe una forma de prevenir ello.

Pero, ¿cómo? Únicamente, si se hace un viaje, debemos vivir todos y cada uno de los días. Es decir, vivir y hacer el máximo de actividades posibles sin olvidarse, por supuesto, de los momentos de relax y descanso. Por el resto del tiempo, se deben hacer distintas actividades como pasear, tomar fotos, hacer turismo, ir a la playa/montaña... Así podemos gastar toda la energía acumulada durante todo el año y volver de unas vacaciones satisfactorias.