Desde la invención de Internet, las nuevas tecnologías cada vez están más presentes en nuestras vidas. Hoy en día pocos salen de sus casas sin dos e incluso tres dispositivos en el bolso o la mochila. Pero, ¿cuáles son las consecuencias de esta relativamente nueva tendencia?

Mi ordenador sabe lo que quiero

Los diferentes servicios online que utilizamos realizan en cada una de nuestras visitas una recopilación de datos sobre nuestros gustos, personalidad, rutina... Esta recopilación suele ser masiva y, por lo tanto, mayor de lo que solemos esperar y posiblemente desear.

¿El objetivo? Una mayor protección y un aumento de la comodidad para el usuario y su experiencia. De esta manera, mi ordenador suele saber qué publicidad presentarme, qué páginas quiero o necesito visitar en un momento determinado, quiénes son mis amistades más frecuentadas o si debo o no meter un paraguas en el bolso.

Aunque la creación de estas cuentas es opcional y consciente, muchos se preguntan si estas colecciones virtuales pueden llegar a atentar contra nuestro derecho a la privacidad. ¿Dónde está la línea que separa vigilancia de acoso? Un mundo transparente y abierto: ¿posibilidad o utopía?

The Circle

"The Circle" (El Círculo), se estrenó ayer en las salas de cine españolas, y está protagonizada por Tom Hanks y Emma Watson, una de las actrices de moda del momento.

El largometraje narra la historia de Mae Holland, una joven que consigue trabajo en la empresa de Internet más importante del mundo. Una vez dentro, Mae descubre los peligros éticos de aglomerar toda la información de una persona en la misma identidad virtual. Basado en la novela de Dave Eggers, el film intenta abrir el debate sobre los peligros de la sociedad 2.0.

¿Peligro o mejora?

La historia de la cinta nos abre los ojos al carácter gris de la sociedad que nos rodea. Nada en el mundo virtual es absolutamente bueno o absolutamente malo, sino que tiene y seguirá teniendo numerosas consecuencias.

De esta manera, la filmación masiva y en directo puede suponer una mayor seguridad, mejor información e incluso una garantía de justicia, aunque aumenta también la posibilidad de situaciones de acoso, bullying y maltrato o humillación psicológica.

¿Dónde está el límite? Por el momento, parece tener mucho que ver con el derecho a escoger. Una opción existente de estar fuera de la red y una participación no forzada ni obligatoria son importantes. La privacidad es un derecho básico de la vida de todo individuo, y esto no va a cambiar por mucho que evolucionen estas, ya no tan nuevas tecnologías.

La igualdad también es un tema significativo en el film. Las compañías de Internet solicitan y requieren una gran transparencia por parte de sus usuarios, recopilando sobre ellos mucha información. Un ejercicio hipócrita teniendo en cuenta que no suelen otorgar la misma transparencia en lo que respecta a sus decisiones y datos personales, sobre todo a medida que subimos en sus jerarquías.

Aunque el film no ataca con la misma fuerza que la novela a las compañías que desarrollan este tipo de prácticas, sí que invita a los usuarios a ser conscientes y a tener cuidado. La necesidad de prudencia se muestra evidente. Debemos ser conscientes de la información que damos a nuestras cuentas y aquella que permitimos recopilar y difundir.