Tendemos a centrar nuestra atención en los nueve astros principales del sistema solar: desde el Sol hasta Neptuno. Sin embargo, a veces olvidamos que algunos satélites como Ganímedes o Titán, los mayores del sistema solar que orbitan Júpiter y Saturno respectivamente y superan en tamaño a Mercurio.

Otros cuerpos interesantes son los llamados planetas enanos, en los cuales se recatalogó hace años a Plutón. Ceres es uno de ellos, siendo el mayor objeto en el cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter. La nave espacial Dawn de la NASA llegará en marzo a la órbita alrededor del mismo.

Considerado un cuerpo relativamente cálido y húmedo, se cree existen posibilidades de hallar las condiciones necesarias para la vida en el mismo o de volverlo habitable, tal y como se sugiere con Titán la película Oblivion, protagonizada por Tom Cruise.

Los astrónomos detectaron hace tiempo la presencia de agua en algunos de sus minerales, como también se aventura la posibilidad de que exista un océano en el mismo, como pasa con los mencionados satélites de los gigantes gaseosos.

Sin embargo, a diferencia de ellos, Ceres se encuentra a menos de tres veces la distancia de la tierra al Sol, esto denota un aumento considerable de las probabilidades de encontrar agua en estado líquido, pues sobre las lunas tan solo han llegado a especular con un posible mar de frías aguas bajo una densísima capa congelada.

Otros satélites que prometen grandes sorpresas son Europa de la órbita de Júpiter y Encélado, situado en el anillo E de Saturno.

Tras el invierno, Dawn arrojará datos de incalculable valor científico sobre Ceres y sus características geológicas, ¿cambiará esto por fin la concepción que se tiene sobre este tipo de cuerpos?

Quizá nuestra cultura nos ha hecho asociar a la vida únicamente el término planeta, ignorando mientras el Curisosity recaba datos acerca de la posible vida pasada en Marte, lo que pudo suceder (o continuar ocurriendo en la realidad) en asombrosos mundos como estos.