Un grupo de prisioneros asan carne de otros presos en una hoguera dentro de los muros de la penitenciaría Alcaçuz, prisión en la que hace ya casi una semana se declaró un Motín que llegaba a la prensa internacional. Se hizo creer que la revuelta estaba más que sofocada para la primera hora de la mañana del día siguiente. Pero nada más lejos de la realidad.

En la cárcel

Después de la revuelta del pasado domingo, los pabellones y las celdas se habían quedado sin puertas, por lo tanto resulta imposible retenerlos en celda alguna. El resultado es que la cárcel, aunque el perímetro esté plagado de Policías Militares, ha sido tomada por los presos.

Desde entonces ya ha habido varios enfrentamientos entre las diferentes bandas tanto en la prisión como fuera de ella. Después de tumbar el endeble muro que se construyó rápidamente para mantener separados a los reclusos, se produjo el enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre las dos bandas rivales.

Hoy se ha subido a las redes un vídeo que está circulando en el que los integrantes de la banda Sindicato do Crime Rio Grande do Norte (SDC-RN) se toman la venganza de los 26 muertos del pasado domingo asando a sus rivales del PCC (Primeiro Comando da Capital) para comérselos.

En las calles

No se sabe exactamente desde cuándo, pero desde hace ya un tiempo la banda del PCC, originaria del estado de Sao Paulo, ya no se conforma con un pedazo de la jugosa tarta del narcotráfico sino que se la quieren comer entera, y por ello han estado lanzando ofensivas a bandas rivales desde entonces a lo largo de todo el territorio brasileño incluyendo Río de Janeiro y su banda autóctona: Comando Vermelho (CV).

Según fuentes extragubernamentales, el PCC estaría recibiendo apoyo de mafias procedentes de Colombia, Argentina y Paraguay. Con estos ataques han provocado que las bandas rivales se hayan unido para hacer frente a un enemigo mayor, dando rienda suelta a una guerra encarnizada entre bandas sin escrúpulos, que mantiene a la población insegura y en alerta.

Para entender el desplazamiento de las bandas es necesario comprender la gran movilización interna que existe en Brasil, sobre todo desde el sur, con núcleos de población muy densos y numerosos hacia el norte, donde hay menos densidad de población. Precisamente Sao Paulo, con un núcleo de población de más de 30 millones de habitantes es el estado que más emigrantes internos posee y es por eso por lo que la expansión de la banda del PCC ha sido tan rápida y con presencia en todos los estados.

Por otro lado, el Amazonas se encuentra en el Noroeste de Brasil y es también ruta del narcotráfico, por lo que si controlan los estados de la ruta de acceso, controlarán también el mercado nacional.