Casi tan imperceptible como los nombres de las víctimas del Mediterráneo al que rinde homenaje la artista Colombiana, Doris Salcedo, está su obra en el Palacio de Cristal. Una Exposición que lleva poco más de dos meses en el recinto ubicado en pleno corazón de El Retiro.

Hasta aquí ha llegado Salcedo una de las artistas contemporáneas más prestigiosas del mundo, con su obra Palimpsesto. Y hasta aquí han llegado los nombres de cientos de víctimas que intentando encontrar una vida mejor la perdieron en las aguas de éste mar que les ofrecía, o al menos eso creían, oportunidades.

La exposición que se exhibe en el Palacio de Cristal ha llevado 4 años de trabajo. Más de 30 personas colaboraron para que desde su realización hasta su traslado se pudiera concretar. Las placas de cemento, plataforma fundamental de esta muestra, pesan 800 kilos cada una y fueron construidas en el estudio que la artista tiene en Bogotá, Colombia.

El trabajo, según ha contado la propia autora, es una concepción expandida de la escultura tradicional. Apoyándose en lo multidisciplinar, la muestra refleja su criterio sobre la violencia política y como ésta afecta a quienes se ven excluidos de una vida digna, una vida normal, diríamos los que contamos con esa posibilidad.

De ella misma, Doris dice que es una "escultura al servicio de las víctimas".

De todas las víctimas, que de alguna forma, su obra aborda. Porque desde octubre, la poética de su trabajo refleja el la tragedia de los refugiados que no llegan a las costas, pero durante años ha tratado la problemática de la violencia en su Colombia natal. Es justamente allí donde concibe y estudia las historias más conmovedoras que le permitan transmitir su intención de realizar un duelo colectivo.

¿No es acaso lo último que podemos hacer por ellos? miles y miles de personas, incluidos niños que no logran llegar al continente y mueren en el anonimato del mar, sin un funeral, ni un entierro, sin una placa que los recuerde.

Eso es lo que hace Doris Salcedo, revierte ese anonimato y talla sus nombres en piedra. Luego los llena de agua, de otro mar, uno menos ofensivo.

El agua con el que la artista escribe el nombre de las personas fallecidas, de algunas de ellas para hacer precisa porque sería imposible hacerlo con (al menos) los 30 mil muertos durante los últimos 5 años en aguas del Mediterráneo, es efímera, no ataca, solo recuerda lo que no siempre queremos ver.

¿Puede la sociedad revertir las políticas migratorias?

No es algo que pueda responder la exposición de Doris Salcedo, pero al menos logra rendir tributo a los desaparecidos en estas trágicas condiciones. La "violencia sin violencia" es un terreno en el que Salcedo se mueve con naturalidad, como si no existiera otra opción. Con Palimpsesto demuestra que, si cabe una forma de actuar ante las injusticias sociales, es esta.

La mirada ya no está absorta frente a los acontecimientos que refleja el telediario, la patera que ha naufragado, una más, y deja cientos de muertos en las costas europeas. La mirada ahora está en el suelo, sobre una placas de cemento, en un gesto de respeto íntimo hacia víctimas inocentes. Sara, Mohamed, Safwa algunos nombres que resultan muy difíciles de recordar, pero que el Palacio de Cristal cobija ante la atónita admiración de los visitantes.

Un último gesto, los patucos. Parada obligatoria para poder ingresar al recinto y que tiene un doble fin. Desde lo concreto, la utilización de estos evita el rápido desgaste de la superficie. Desde lo abstracto, el visitante no pisa sobre el nombre de las víctimas a las que se está reconociendo, tal vez, por primera vez.