Pese l secreto de sumario, con el correr de los días, se han podido conocer algunos detalles de lo ocurrido en Aranda del Duero y que involucra a una menor de 15 años y a tres jugadores del club de fútbol La Arandina.

La niña ha presentado una denuncia por agresión sexual contra los deportistas, a los que el club ha desvinculado hace ya unos días. Detenidos desde el pasado 13 de septiembre, los jugadores niegan haber mantenido relaciones sexuales con la menor.

La demora en denunciar complica la recopilación de pruebas

Aranda del Duero es una localidad pequeña, donde los vecinos se conocen y los episodios que no están escritos en las vida cotidiana del pueblo, se resuelven a otro modo.

Ayer pudo saberse que, quien comenzó a movilizarse tras el relato de las adolescente, fue su tío. El hombre, desconcertado por lo que su sobrina le contaba decidió llamar a la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR).

El tío de la presunta víctima declaró haber hablado con la madre de la menor al enterarse que la niña mantenía contacto con los tres jugadores. En un principio, el llamado entre los adultos fue de alerta, al tío de la niña no le parecía peligroso que tres mayores de edad mantuvieran vínculos en las redes sociales. La madre de la joven le habría contestado que eran amigos.

El hombre no era el único familiar que estaba al tanto de lo que presumiblemente ocurrió en el departamento de los muchachos.

Una prima y otra tía de la niña que, según su relato fue agredida por los jugadores, ya estaban al tanto, informadas también por la menor.

El tío habría contado que la menor le relató de una manera muy sensata y razonando lo ocurrido días antes cuando estaba en el piso que compartían los jóvenes en Aranda del Duero. El tío llamó a la Fundación Anar el día 6 de diciembre, la agresión sexual habría ocurrido una semana antes.

Desde la entidad que ayudan a niños y adolescentes en riesgo continuaron con el protocolo y dieron aviso a la Unidad de Familia y Mujer UFAM. Es desde este servicio que dan parte a la policía y está división se comunica con el padre de la menor. Todo se realiza durante el mismo 6 de diciembre en que el tío de la menor alerta de lo que le contó su sobrina.

La diligencias pusieron en marcha un proceso interno familiar que, sabía lo que supuestamente había ocurrido pero no había hecho la denuncia policial hasta el momento. La correspondiente denuncia se realizó cinco días después. El progenitor declaró cuando la policía lo contacto la primera vez que estaban esperando que la niña hablara con una psicóloga para luego denunciar. La misma se hizo efectiva el 11 de diciembre, 18 días después de que la niña fuera presumiblemente agredida.

La cantidad de días que pasaron desde que sucedieron los supuestos hechos hasta que se realizó la denuncia impiden que puedan hacerse pruebas médicas que confirmen o no, una agresión sexual. Análisis que resultan, en casos como estos, de vital importancia.

Si bien en una primera instancia se creyó que a psicóloga que atiende a la niña en Madrid, una vez por semana, había sido quien alertara a la Fundación ANAR, luego se conoció que no sería una psicóloga sino una terapeuta que trabaja con la niña por otros asuntos anteriores a este caso que nada tienen que ver el mismo.

La mujer habría pedido el teléfono de los tres jugadores a la adolescente y habría llamado a estos, según ha trascendido las últimas horas. Al parecer la profesional, que no es psicóloga, habría pedido a los jóvenes que dejaran de mantener contacto con la niña y que no hablaran, ni se vincularan con menores de edad. La mujer habría declarado que lo relatado por la joven no le pareció tan grave.