Era un trabajo ideal para Oscar y su grupo de amigos del Bachillerato. "Desde que estábamos en el instituto que queríamos hacerlo, cada uno por un motivo diferente", cuenta el joven oriundo de Ecuador que lleva más de 15 años en el país.

La flexibilidad de horarios, "estar todo el día en la bici" y la posibilidad de ingresar sin grandes requisitos, parecían una oferta tentadora. Sin embargo, cuando tuvieron la edad requerida para hacerlo, Oscar y sus compañeros se dieron cuenta que no era lo que imaginaban.

"Solo yo lo hago, empezamos 5 amigos, en la misma empresa, pero todos los demás se fueron yendo."

Se los conoce como empleos bajo demanda y representan el lado oscuro de la economía.

Se estima que durante los próximos 4 años, su crecimiento se duplicará. La mayoría de Riders comienza a trabajar con una promesa de 20 horas semanales mínimo, pero esa cantidad dificilmente se cubre. Cada vez son más los repartidores y la demanda de pedidos a domicilio, no rinde para todos. Además, deben ser autónomos, como ocurre con otros empleos similares y responsabilizarse de los daños del medio de transporte que utilicen, ya sea la bicicleta o la moto. Entre los sueldos, hay diferencias, los motoristas cobran más, seguidos por los repartidores en bicicletas eléctricas. Los que más trabajo llevan, los ciclistas tradicionales, son los que están por debajo en la escala de haberes.