Pareciera que a la par que pierden adeptos, los jerarcas de la Iglesia católica cada vez nos proveen de mayores razones para justificar dicha situación. Hace no demasiado tiempo fuimos testigos del indignante caso protagonizado por el obispo de Solsona, Xavier Novell, quien con sus homófobas afirmaciones escandalizó a la sociedad y a la presa. Y no era para menos. El Observatorio Contra la Homofobia apeló a la Generalitat para poner una denuncia en contra del religioso, luego de colocar la homosexualidad en una posición cuestionable, al querer retratarla como no más que "una confusión de la sexualidad".

Entre dicho argumento y la supuesta "conversión" de homosexuales a falta de una figura paterna en casa, se ha ganado el odio de los sectores más liberales a su alrededor.

Tristemente no es el único que ha tenido a bien soltar este tipo de barbaridades, pues sus declaraciones, son las mismas que por años han ostentado otras autoridades religiosas como arzobispos, obispos y demás integrantes de esa institución en los que ya tantos han perdido la fe.

Desde pobres excusas para disculpar la pederastia, hasta comentarios misóginos que relegan a la mujer a ocupar una posición de servidumbre, estas son algunas de las joyitas que los representantes de la Iglesia Católica nos han dejado.

"La pedofilia es un mal pero, ¿es del dominio del pecado? Eso yo no sabría decirlo...", fue lo que en el 2016 afirmó Stanislas Lalanne, obispo de Pontoise en París, que rápidamente se convirtió en tema polémico de los medios franceses e internacionales.

Sus posteriores disculpas, achacadas al peso de la crítica, no terminaron de convencer a las víctimas de sacerdotes pederastas.

En la misma línea surgieron las palabras del obispo de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México), Felipe Arizmendi, que en el 2010 saltaba con lo siguiente: "Ante tanta invasión de erotismo, es difícil mantenerse fiel tanto en el celibato como en el respeto a los niños".

Indignante.

Las mujeres también se han llevado lo suyo en lo que a la ignorancia de esta gente respecta. Justo en el 2011, Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, después de arremeter contra los homosexuales dejaba ver su faceta más machista, alegando que "la mujer tenía una aportación específica, que era darle calor al hogar”.

Más lejos fue el Obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, al comparar el aborto con los trenes de Auschwitz.