Como toda festividad moderna, el rédito económico no podía faltar en este Sant Jordi. El año pasado, solamente en Cataluña, se vendieron 1.6 millones de libros y más de 5 millones de rosas. La tradición era regalar rosas, pero desde que se declarara el 23 de abril como día del libro, los comerciantes y organizadores, han sumado los textos a las flores.

Por costumbre, los hombres "sorprendían" a la mujer que amaban con rosas rojas en honor a Sant Jordi, según reza la leyenda. Sin embargo y gracias a la lucha por la igualdad de género, hoy por hoy es común ambos sexos se ofrezcan flores y Literatura por igual.

Pese a la importancia que ciertas comunidades del país le otorgan a esta fecha, es un día festivo, pero laborable. Sin embargo, como este año 23 de abril es domingo, la ciudad Condal podrá disfrutar del día se su patrono con total disponibilidad. Es frecuente ver parejas de enamorados paseando por La Rambla o el Paseo de Gràcia disfrutando del los primeros rayos intensos de sol y del amor, claro está.

Pese a que la UNESCO declaró Día Mundial del Libro el 23 de abril, por conmemorarse la muerte de William Shakespeare, en el país, que se creía que Cervantes había muerto el mismo día y uno antes, ya se regalaban libros desde la década del 20.