El diario gratuito 20 Minutos publicó el lunes un reportaje firmado por Yolanda Marín sobre esta lacra que padece el país, que parecía haber remitido en la década de 1990, cuando mucha gente de pueblo que emigraba a las ciudades, regresaba al pueblo por el paro o por que no se adaptaba a la vida urbana. Se basa en un informe de la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias), y luego investiga sobre el terreno.

Elige como ejemplo Torrejoncillo del Rey (Cuenca, Castilla-La Mancha), Municipio de más de 200 kms2 de extensión que ha bajado a 412 habitantes tras ponerse al día el censo, con un 24 % menos, tras varios fallecimientos, una natalidad nula y el paro.

Los efectos colaterales de la poca población lo muestran el Alcalde, que lamenta que con tan pocos niños han tenido que cerrar el colegio local. “En mis tiempos, éramos 400 niños”. Y no puede hacer nada para que suba la natalidad.

Un habitante del pueblo es el carnicero local. Recuerda que allí “hubo hasta cuatro carnicerías. Y me he quedado solo”. Dice que subsiste gracias “a que los fines de semana viene gente al pueblo”. Una madre y su hijo dicen que el futuro de él está fuera de allí, aunque quiere animarle con actividades culturales cada fin de semana. El hijo, aunque sólo tiene 11 años, sentencia con la lucidez de un adulto: “En la ciudad hay mucho ruido, pero cuando sea mayor, me iré allí.

Aquí no hay de quien enamorarse”.

Luego, 20 Minutos recuerda que España ha perdido más de 67.000 habitantes el último año, aunque no pone las causas, que muchos lectores intuirán. Y que ha aumentado la cifra de lo que nos ocupa: cada vez más Municipios con pocos habitantes.

En la FEMP lanzan la voz de alarma por esta despoblación, aunque ello ocurre desde hace decenios, y que ha ido por ciclos o períodos: cuando más crisis había, más gente de los PUEBLOS emigraba a las ciudades, próximas o de otras zonas del Estado, cuando no emigraba directamente al extranjero.

Es decir, que no es nada nuevo. Incluso ha habido gente de esos pueblos que regresaban a los mismos, como sintiendo que, aunque con poco dinero, aquella era su tierra y se sentían alguien, al contrario que en la gran ciudad.

Y en pueblos deshabitados o casi, se convocaron a gente para que fuera allí a repoblarlos y empezar una nueva vida.

Nos acordamos de los “Solteros de Plan”, una expedición de mujeres al pueblo oscense del mismo nombre, que en su momento dio mucho que hablar, y que inspiró a Icíar Bollaín una de sus películas como cineasta, “Flores de otro mundo”.

En zonas montañosas y poco accesibles, este cronista recuerda haber visitado un pueblo deshabitado del Pirineo Catalán, Montgarri, en el Pla de Beret (Lleida), no lejos de la Val d’Aran catalana, que en su tiempo fue un Municipio, y que por estar medio aislada en una zona que carecía de carreteras y quedaban cortadas por la nieve, sus habitantes se fueron a zonas mejores entre 1945 y 1955. Ahora se han restaurado las casas, a orillas del río Noguera Pallaresa, y hay tres habitantes censados, que le dan algo de vida. Ahora pertenece al Municipio de Naut Aran, cuya capital es Salardú, a 6 kms. de distancia por una pista forestal. Se hacen excursiones hasta allí en invierno con esquís o motos de nieve.