Más de 5 mil niños han sido adoptados desde 1998 en Cataluña provenientes de Europa del Este, especialmente de Ucrania y Rusia. Infradiagnosticados en un comienzo, las rabietas desmedidas o el déficit de atención, no alarmó al sector sanitario tanto como a los padres.

Sin embargo, miles de esos pequeños padecían Síndrome de alcoholismo fetal, un trastorno que aún no cuenta con mucha información. Más de la mitad de esos niños que fueron adoptados tienen problemas psicológicos y motrices graves, que tanto médicos como familia están comenzando a hacer público.

Los padres describen este problema como un sufrimiento diario, especialmente por la poca visibilidad que se tenía de estos casos y la falta de herramientas para tratarlo. De momento la Generalitat no planea prohibir las adopciones entre España, Rusia y Ucrania, pero sí intenta clarificar la cantidad de menores que padecen de síndrome de alcoholismo fetal en Cataluña para poder gestionar un correcto tratamiento y especialmente ayudar a los padres.