Salvo contadas excepciones de presentadores míticos que han logrado sobrevivir con formatos más que exitosos a distintas décadas en Televisión sin apenas descanso, el resto de profesionales del medio, incluyendo nombres de lo más importante del panorama periodístico, han tenido altos y bajos a lo largo de sus carreras llegando a desaparecer por temporadas en busca de nuevos proyectos que les hagan revivir.

Algo que por ahora no ha afectado todavía a uno de los personajes televisivos más controvertidos y rentables para la cadena estrella de Mediaset España: Telecinco, como es Belén Esteban, quien se asoma a las dos décadas de apariciones televisivas casi diarias, eso sí, en uno de sus peores momentos de popularidad.

La que durante mucho tiempo fue considerada como la "princesa del pueblo", viéndose como la viva imagen de muchas españolas que de la noche a la mañana se convirtieron en "la otra" pasando al ostracismo más absoluto, parece haberse diluido como un azucarillo una vez sus "culebrones" diarios han dejado de interesar a la audiencia que hasta ahora la mantenía como una de las tertulianas mejor pagadas de la televisión patria.

Así lo aseguran los datos de audiencia que revelan que las entrevistas que antaño se convertían en el programa más visto de toda la semana de toda la televisión ahora apenas logran cifras discretas que hacen insostenible un caché que muchos en la cadena de Fuencarral consideran disparatado y poco ajustado a su realidad de hoy en día.

El primer defensor de que esta debe rebajar sustancialmente su caché y adaptarlo a lo "humano" es el consejero delegado de la quinta cadena de la TDT, Paolo Vasile, quien según nuestros compañeros de Periodista Digital consideraría que la de San Blas está "muerta" televisivamente hablando, siendo esta la explicación de la rebaja tan agresiva que habría ofrecido a la ex mujer de Jesulín de Ubrique para renovar.

Belén Esteban, en su peor momento de popularidad

Los datos que manejaría este y varios de los integrantes de los altos despachos de la cadena para conminar a la Esteban a que cobre mucho menos son contundentes. Sus "belenazos" han cotizado a la baja, sus exclusivas en las revistas se han vendido menos que nunca y los programas en los que participa cosechan sus peores datos de audiencia desde que echaran a andar.

Con todo esto, la solución solo puede ser una, aceptar la rebaja o buscar una oferta alternativa en la competencia. Otro oficio no parece posible para Belén.