La presentadora mejor remunerada de Mediaset España según los rankings publicados con todos los salarios de la televisión vuelve al centro de la actualidad informativa y no precisamente por su renovación o por un nuevo premio que acaba en su estantería.

Lo hace a raíz de la sorpresiva revelación que la reina televisiva de las mañanas realizó durante la emisión de su último programa mientras repasaban la que iba a ser la emisión, ya por la noche, del especial de Samanta Villar sobre el miedo, las fobias y los traumas que muchos tenemos, hemos tenido o tendremos a lo largo de nuestra vida.

Más digno de un espacio como los que presenta Iker Jiménez que de El programa de Ana Rosa, esta confesó que creía en los fantasmas y por poderosas y terroríficas razones. A su creencia, que le acompañada desde niña, cuando uno cree tener visiones paranormales a cada rato y en cada esquina, le acompañan las experiencias de este tipo que han tenido algunas de las personas de su máxima confianza y que le han acabado por despejar todas las dudas sobre la presencia de estos terroríficos seres.

Sobre este respecto no dudó en lanzar la piedra y esconder la mano revelando públicamente que una amiga suya, de la que no quiso dar el nombre al tratarse de una personalidad tremendamente conocida, no es que crea o que haya tenido más de una aventura con estos seres, sino que viven con ella.

Algo de lo que esta, al parecer, habría sido testigo corroborando el testimonio de su amiga.

Sus palabras, en tono serio, pusieron los pelos de punta a más de un espectador: "Una persona muy importante de este país tenía uno de estos seres en su casa. Ella iba por el pasillo y había un olor repugnante y le empezó a atacar".

El día que Ana Rosa cenó con un ser paranormal

Si bien al principio, cuando iba a su casa, aunque lo hiciera con un poco de respeto no era testigo de nada realmente llamativo, un día todo cambió cuando ella vivió en primera persona la manifestación de este fantasma. Después de pedir que este se hiciera presente en la sobremesa, quién sabe si con alguna copa de más que envalentona a cualquiera, este no tardó en dejarse caer por el salón tirando al suelo un "jarrón de de cerámica" que explotó de repente".

Fue a partir de ese momento cuando esta se juró a sí misma que no volvería a reírse de estos asuntos ni a poner en tela de juicio los testimonios de aquellos que aseguran verlos o sufrirlos. Sin duda, toda una historia de lo más terrorífica.