Los que la siguen ya lo saben. Belén Esteban es una persona tremenda, visceral, que no puede reprimir lo que siente en cada momento teniendo que expresarlo, independientemente de que lo que le salga hiera, esté mal dicho o le suponga tener que arrepentirse tras analizar lo sucedido.

Si algo no ha conseguido hacer después de varios años haciendo televisión cada día es medir unas formas que, hasta ella lo sabe, le hacen perder la razón en la mayoría de los casos en los que logran sacarla de sus casillas. Así ha vuelto a ser en los últimos días, cuando la colaboradora de "Sálvame" perdía los papeles con un compañero suyo.

Todo tenía su origen en el tema que lleva copando varios días la mesa de tertulia de "Sálvame". La relación entre el fotógrafo Gustavo González y la compañera de "Cazamariposas" María Lapiedra. Para conocer un poco más de cerca el testimonio de Gustavo, quien acudía al plató central de Telecinco era un gran amigo suyo como lo es el paparazzo Antonio Montero.

Montero, tratando de ponerse en la piel de su amigo, lo justificaba hablando de errores humanos a los que todos estamos expuestos ya que, en el caso de González, no pudo evitar enamorarse a la vez de dos mujeres. Lo que a estas horas ya toda España sabe le ha acabado saliendo de lo más caro.

Una explicación que no le valía a un Kiko que aprovechaba para atacar a Gustavo indicando que "ha estado engañando a mucha gente", abriendo la puerta a la posibilidad de que se trata de un mentiroso compulsivo.

Ante lo que estaba oyendo se escuchaba susurrar en segundo plano a Belén diciendo "ya verás cómo la voy a liar". Dicho y hecho.

En lugar de exponer su argumento de buenas formas, visiblemente calentita ante lo que estaba escuchando, la Esteban intervenía llamando a su compañero "pichita de oro", lo que le llevaba a Montero a recordarle que en su casa vivió algo muy parecido, recordando la infidelidad de su novio Miguel que acabó perdonando.

Belén, a gritos e insultos en Telecinco

Un recuerdo que acabó por hacer estallar a la de San Blas que deslizó que en casa de Antonio también había mucho de lo que callar iniciándose un cruce dialéctico que acababa con el periodista criticando la forma de ganarse la vida de la "princesa del pueblo" desde hace unos cuantos años.

Era entonces cuando esta, fuera de sí, le espetaba que "el mismo trabajo que tú, así que cállate, ¡no te j...e!", para finalmente agregar un despectivo "vete a la m....a", que hacía perder todo ápice de razón a Belén. Otro episodio bochornoso.