Quien más quien menos ha pasado por algún momento en su vida en el que ha estado más bajo de ánimo y ha necesitado que o bien sus seres queridos, o bien un médico, o bien todos ellos le echaran un cable para volver a recuperar la sonrisa y la senda de la vida en general.

Una situación que no ha sido para nada ajena a Paz Padilla, quien con motivo del reciente fallecimiento de su amigo el humorista Chiquito de la Calzada y a raíz de un vídeo de investigación del equipo de Telecinco en el que hablaban de la vida de los cómicos más allá de lo que vemos en el escenario, decidía abrirse en canal y mostrar un pasaje de su vida que hasta ahora no había querido hacer público.

Lo hacía revelando lo mal que lo llegó a pasar durante la crisis matrimonial que acabó en separación de su anterior marido y con la que tuvo que lidiar en uno de los momentos de más apogeo profesional que jamás ha vivido la andaluza, al menos como humorista. Situación que le llevaba a narrar la historia entre lágrimas entremezclándose los malos recuerdos con la noticia de que su amigo Chiquito nos había dejado para siempre.

En un momento dado de la conversación y tras la emisión de ese vídeo, la gaditana aseguraba que nada más enterarse de que su matrimonio se había acabado y no precisamente por deseo suyo, tuvo que actuar sin casi tiempo para asumir lo que le estaba pasando. Algo que recuerda como uno de los momentos más duros de su vida.

Por entonces el equilibrio mental y la salud psicológica de la que ahora disfruta estuvo mucho más en entredicho, tal y como revelan sus palabras, indicando que dos días después de que su marido le dejase y mostrando síntomas de depresión por el dolor que la invadía, no dejaba de llorar.

El público, la mejor medicina para Paz

De hecho y según sus palabras, solo dejaba de llorar cuando se subía al escenario para actuar volviendo al llanto una vez se bajaba el telón y tras recibir unos aplausos que, reconoce fueron su mejor medicina haciendo las veces de psicólogo: "Mi psicólogo fue el aplauso del público porque yo pensaba, este hombre no me quiere, pero el público sí".

Por suerte, el público, el tiempo y sobre todo la gente que la quiso y que la quiere hicieron su trabajo tan bien que antes de lo que ella tardaba en darse cuenta por fin recuperaba su vida estando lo mejor, tanto a nivel personal como a nivel profesional por llegar. El tiempo la ha puesto en su sitio que es el del éxito y con una familia estupenda. Que así sea por siempre.