El veterano programa de Cuatro ha renovado la estética de su restaurante, donde ahora predomina la madera en la barra del bar donde se reciben a los participantes, las paredes e incluso el suelo.

Cada noche a partir de las 21:30 horas y una vez finalizado “Ven a cenar conmigo” (un programa que merecería tener un hueco en el prime time de Telecinco) se abren las puertas del que ya es el restaurante más famoso de España, donde cada día desfilan los personajes más variopintos en busca del amor, de una cena a buen precio o de un minuto de fama, que de todo hay.

En el éxito de "First Dates" concluyen muchos factores. Unas camareras muy simpáticas y de buen ver, un barman que hace suspirar a féminas y a no féminas, aunque él solo tiene ojos para su Lidia, la pizpireta camarera catalana hija la presentadora Elsa Anka, con la que comparte trabajo y vida.

Y luego tenemos a Carlos Sobera de quien su buen hacer es indiscutible y que todo lo que toca hace que funcione. Pero hay que destacar también a la magnífica voz en off que nos presenta a los participantes, siempre con un toque de humor. La voz pertenece a Richard Pena, actor, locutor y presentador.

Con todo ese plantel de profesionales era natural que el programa se afianzase, como así ha pasado, aunque últimamente empieza a dar muestras de desgaste y tal vez por eso la renovación del restaurante que se estrenó ayer lunes.

El programa es ampliamente seguido en directo en Twitter y aunque creíamos haberlo visto casi todo, ayer se cruzó un Rubicón que vamos a ver si no les pasa factura. Juntar churras con merinas nunca ha dado buen resultado y eso es precisamente lo que vivimos.

Mal momento para juntar política y citas

Llegaba al restaurante Sandra, una empresaria de 43 años que vive en Barcelona, ciudad de la que reniega y que sueña con Madrid, que digo yo ¿Y por qué no se traslada?

Según contaba, regenta una empresa de modelos, pero no nos quedó claro ni el tipo de empresa ni el tipo de modelos.

Su cita era Boris, un hombre de 48 años, al parecer perteneciente a eso que eufemísticamente se llama “buena familia”, como si el resto de familias fuesen de desecho.

Nada más llegar, el mozo hizo alarde de su apología declarándose: “Falangista 'Joseantoniano' ” o sea, de extrema derecha ni más ni menos.

Boris dice ser además figurante de cine. Pues mira tú que bien.

A Sandra los ojos le hicieron chiribitas nada más verlo, por sus ojos azules y su saber estar, que ser fascista no está reñido por lo visto con mostrarse educado. Incluso le ofreció trabajo a Boris en su agencia de modelos.

A Boris los ojos no le hicieron nada de nada, pero sí que descubrió que con Sandra lo tenían todo en común. Ella decía ser del PP y añadía que era de extrema derecha como él. Del PP y de extrema derecha ¿Curioso, no?. Se confesaba amante de Julio Iglesias, muy católica, de misa todos los domingos y muy taurina. Todo ello compartido al milímetro por el falangista.

Los seguidores en Twitter no daban crédito

Al finalizar la cita asistimos a uno de los más sonoros zasca presenciados en “First Dates”.

Mientras Sandra se moría de ganas por tener una segunda cita y miraba esperanzada a Boris, este contestaba un escueto: “No” a la pregunta de rigor y añadía que no había sentido feeling.

No parece ser este el mejor camino para que la audiencia les siga acompañando. Salvamizar el programa no es lo que la audiencia fiel que les sigue está dispuesta a tolerar. Esperamos y deseamos que este episodio sea solo una piedra en el camino.

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