Pues parece que no. Que en Sálvame no son todos una masa homogénea que piensa y actúa a una voz, a pesar de los intentos de los pesos pesados por hacer de este espacio uno de los fortines de la cadena. Las últimas noticias así lo aseguran.

Y es que una de las presentadoras del programa de corazón decano de la Televisión española, Paz Padilla, ha decidido romper su silencio y cargar duramente contra sus jefes ante lo que considera una situación injusta y, a sabiendas, de que se está jugando su puesto laboral y el pan de su familia haciéndolo.

Lo hacía a raíz de las distintas informaciones que habrían sido filtradas de manera interesada para que todo el mundo supiera que se avecinan cambios en Sálvame de la posible salida por la puerta de atrás tanto de Lydia Lozano como de Terelu Campos, a quienes se les acusa de no haber estado a la altura del resto de sus compañeros en un momento en el que el programa necesita más noticias y exclusivas que nunca.

Al menos eso es lo que indicarían los datos de audiencia.

A su retorno de África, donde ha pasado unos días grabando para uno de los programas que veremos próximamente de Planeta Calleja, la gaditana, que asegura haber sido testigo de situaciones humanas tremendamente duras, calificaba de inhumana la actuación de mucha gente para con estas dos veteranas comunicadoras, calificando de injusto el vapuleo mediático al que se les está sometiendo, así como la presión con la que ambas están teniendo que lidiar en las últimas fechas.

Tan injusto lo ve la andaluza que, lejos de escurrir el bulto ante una afrenta directa a los jefes del "cortijo", Padilla confesaba ante la audiencia que si estas acababan despedidas y en la calle, era se iría también del programa, en este caso, a título propio como solidaridad con lo que considera dos protagonistas clave de este espacio.

Telecinco, enfadada con Paz Padilla

Unas declaraciones que algunos han calificado en distintos mentideros que versan sobre la actualidad mediática de afrenta directa a sus jefes y que, por ahora, todavía no habría tenido ninguna respuesta. O no al menos pública.

Algo que no ha impedido que se barrunte con que, lo más normal, es que se le llame a filas próximamente para recordarle cuál es su sitio y su labor, conminándola a realizarla sin más ruido.

De lo contrario, y sobre todo si se producen salidas de colaboradores como las de las dos citadas anteriormente, Paz podría acabar saliendo. Sustitutos, máxime tras la reforma de conductores de este año, no faltarán.