El domingo día 22 de este mes, Kiko Rivera entraba a “GH Revolution” junto con Carlos Lozano y la ganadora del último “GH VIP” Alyson Eckmann, para intentar salvar los muebles de un Reality moribundo.

El martes 24 caía la bomba. Al parecer el hijo de la tonadillera, con su mujer de nuevo embarazada, la había vuelto a pifiar y de qué manera. Hace poco y acompañado de su séquito de amigos (no se si gorrones) se las prometía muy felices en Punta Cana a donde iba a “pinchar” y de paso, como él decía en un vídeo: “A liarla” y vaya si la lió.

Está claro que los mandamases de un “Sálvame” claramente a la baja, habían estado esperando su entrada a la casa de Guadalix para que Kiko Hernández con cara compungida, eso sí, le lanzara un misil en toda la línea de flotación.

Kiko Rivera había sido visto y fotografiado en “La cabaña del amor” (un motel por horas, alejado del centro turístico de la población dominicana donde se va a mantener relaciones sexuales) con los amigos y dos señoritas, presumiblemente “de compañía”.

Se han hecho conexiones en directo con una reportera dominicana encargada de facilitar la máxima información y por supuesto del temido vídeo que dejaría clara la infidelidad del DJ.

A esa noticia se sumaban unos whatsapp entre el hijo de Isabel Pantoja y una bailarina a la que este ofrecía trabajo en su próximo videoclip a cambio de quedar para tomar café.

El tonteo entre ambos es evidente en la conversación, pero todavía Kiko podría justificarlo como algo puramente casual e inocente si no fuese porque insiste mucho en que todo sea “top secret” y ahí el margen para la duda resulta inexistente.

Su llegada al plató de “GH Revolution”

Kiko, ajeno a lo que se cocía y al más que evidente mosqueo de su parienta, llegaba al plató de “Gran Hermano” todo sonrisas hacía un Jorge Javier Vázquez verdugo en muchas ocasiones de su madre y de él mismo. Pero el Dj no es rencoroso, sobre todo cuando le pagan generosamente (las deudas son muchas) y además le dan la oportunidad de promocionar su último single.

“Pelillos a la mar” parece que es su divisa.

Su semblante fue cambiando cuando empezó a ver la encerrona que le tenían preparada. Durante la publicidad, Kiko mantuvo una breve conversación telefónica con su mujer y al acabar estaba encendido, tanto, que no dudó en gritar: ¡Sois unos sinvergüenzas! Para a continuación abandonar Telecinco hecho una furia.

Isabel Pantoja al borde de un ataque de nervios

Lo curioso es que en lugar de pedir un coche que lo llevará rápidamente a su domicilio en Sevilla donde por lo visto caían chuzos de punta. Kiko Rivera se marchó a su hotel. Al día siguiente su compadre Rafa Mora aseguraba que su tren había salido a las 8 horas de ese mismo día. No tardamos en enterarnos de que por lo visto Kiko no viajaba en él. Pasadas las siete de la tarde el hijo de la tonadillera seguía sin aparecer por el domicilio conyugal.

¿Si no fue directo a su casa a que vino la espantada? ¿No era precisamente cantar en directo uno de los motivos de su entrada en Gran Hermano? ¿Dónde ha estado Kiko Rivera? ¿De verdad es tan simple que no había calculado lo que se le venía encima?

Parece que el ambiente en casa Rivera-Rosales es irrespirable y la bronca, cuando por fin los cónyuges se han visto, ha sido de las que hacen época. Irene ha dicho en público que es su intimidad y ha mantenido el tipo, pero a puerta cerrada se ha desatado un tifón de consecuencias imprevisibles.

Tanto es así, que una Isabel Pantoja muy angustiada está haciendo de mediadora para que el matrimonio de su hijo no salte por los aires ¿Lo conseguirá? ¿Seguirá Irene perdonando las supuestas idas y venidas de su marido? No tardaremos en saberlo.

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