Es una de las personalidades más relevantes en el mundo de la farándula, aunque no sea a ella a quien veamos frente a las cámaras precisamente. Se trata de "La fábrica de la tele", curioso apodo que ha acuñado con el paso del tiempo debido a sus éxitos en la pantalla chica. Empresas tan importantes como Mediaset y Telecinco la tienen entre sus habituales, siendo productora actualmente de "Sálvame", uno de los programas más famosos de la parrilla española. Pero en medio de una carrera flamante y llena de éxito, el escándalo se despierta después de que algunos colaboradores decidieran romper el silencio.

Y es que no son pocos quienes la han acusado de problemas como mobbing, acoso laboral y vejaciones varias en la televisión.

La primera es Karmele Marchante, un rostro catalán que ya nos hemos acostumbrado a ver más que a menudo en nuestras pantallas. Ella misma no se cortó al confesar que había tenido que enfrentarse con situaciones como violencia de género y maltrato psicológico; todo con tal de seguir trabajando entre los reflectores. Lo más impactante es que, aunque estos delitos sucedieran hace tiempo, no descarta el poner las demandas necesarias.

Se le suma Pelopony, esa extravagante colaboradora de "Cazamariposas", quien dejó entrever un gravísimo caso de explotación laboral. Le habían "propuesto" hacer dos cobrando únicamente el sueldo de uno; y si aquello no le parecía bien, entonces ya podía olvidarse de volver al set.

Además de eso, afirmó que le habían reducido su salario sin previo aviso.

Se forma en la fila Jordi Martí, conocido paparazzi para programas de cotilleo, quien no dejó de ventilar la advertencia que el mismo Toño Sanchís le había hecho a María José Campanario, avisándola de que era la próxima en la mira de desprestigio de la productora.

Sin embargo, le aseguró que contaba con su apoyo incondicional en caso de querer actuar para salvar su reputación.

Hasta el momento, Lucía Etxebarría sería la única víctima de "La fábrica de la tele" en recibir su compensación. Y es que se vio obligada a pagar una indemnización de nada menos que 50.000 euros, por los comentarios que en "Sálvame" se dijeron sobre Etxebarría.

Todo comenzó con la denuncia que implicaba a "Campamento de verano", otro reality show efectuado por la aludida, con el consumo de sustancias ilícitas dentro del set. Todo manejado con la máxima impunidad y a sabiendas de la productora.