Para los que dicen que el dinero da la felicidad y lo defienden a ultranza, no hay que dejarles de recordar ejemplos como los que desgraciadamente viven muchos personajes populares, que con todo el dinero del mundo para poder vivir hasta sus últimos días, son incapaces de encontrar la felicidad.

Si ponemos el el foco mediático en los personajes de la crónica social patria un buen ejemplo de ello sería Jesulín de Ubrique, matador de toros y que fuera pareja de Belén Esteban y que, tal y como se ha sabido a través de distintas informaciones en las últimas fechas estaría atravesando el peor momento de su vida.

A pesar de no contar con problemas de liquidez, el diestro no parece levantar cabeza ni física y psicológicamente, tal y como recogían nuestros compañeros de Hola en su última entrevista a raíz de su última aparición en los ruedos. Concretamente en el coso de Lanzahíta, donde este no pudo rematar la faena al notar los "músculos completamente rígidos" y que le faltaba el aire no pudiendo moverse.

Y es que si algo está claro a nivel médico es que los achaques físicos son, en muchos casos, reflejos de otros problemas mayores a menudo relacionados con el ámbito anímico. Ese que tiene completamente desconcertado a Jesulín desde hace tiempo por muy distintos motivos y con su mujer María José Campanario como especial protagonista.

Aquejada con problemas psicológicos de primera magnitud que la han llevado a ser ingresada, el matador de toros se ha convertido en su máximo apoyo estando con ella día y noche con la intención de que se recupere cuanto antes, sabedor de que este tipo de males necesitan de mucho tiempo y mucha implicación de los seres queridos.

Malos tiempos para Jesulín de Ubrique

Así lo pudimos ver a principios de verano, y después del ingreso de María José en una clínica, en distintas localidades gaditanas y malagueñas, donde el matrimonio se fue a la playa para desconectar de todo y buscar la paz y la tranquilidad, además del tiempo juntos, que ambos necesitan, sobre todo en estos momentos.

Por otro lado se encuentra la ausencia total de relación con su hija Andrea Janeiro, más conocida como Andreíta. Después de muchos meses sin mantener ningún tipo de contacto -tal y como Belén Esteban iba declarando públicamente en cada ocasión en la que era preguntada por ello- parece que ambos han retomado o retomarán el contacto vía telefónica. Su hija se va a vivir a Inglaterra y lo hace sin que, por ahora, hayan podido arreglar sus diferencias. Malos tiempos para Jesús.