Alucinante lo que ha pasado en “Sálvame” esta tarde de lunes, pero entremos en materia para que podáis ver hasta qué punto Kiko Hernández rebasa todos los límites. Es más, se la trae al pairo si lo que cuenta es verdad o no o si la supuesta noticia es actual o no.

Esta tarde el colaborador “estrella” del programa más carroñero de la televisión privada, hacía las veces de presentador y en su afán desmedido por dar “bombas” no repara en nada. Da lo mismo si sabe fehacientemente que lo que dice no es cierto o no corresponde al momento de que se habla, él sigue la repulsiva máxima: “No dejes que la verdad te estropee una noticia”.Y eso significa que su nivel ético es más que cuestionable.

Un mensaje que existe pero que Hernández manipula

Cómo una gran "bomba" el presentador novato afirmaba que María José Campanario tiene una red social privada a la que solo tienen acceso quienes ella quiere. Primera mentira.

Dicha red social cuyos mensajes se interrumpen el pasado 7 de Julio, más o menos coincidiendo con su ingreso en la clínica psiquiátrica de Málaga, está abierta a todo el mundo y por lo tanto cualquiera puede ver los mensajes y las respuestas.

Naturalmente, si él dice que es privada y que una persona de la confianza de la mujer de Jesulín de Ubrique le envía un mensaje “muy fuerte”, aumenta el morbo y la supuesta credibilidad de la noticia. Pero otra vez el refranero tiene razón cuando dice: “Las mentiras tienen patas cortas

No ha dudado en dar el final del mensaje que es ni más ni menos: “Hasta luego Mari Carmen”, haciendo alusión a que como la frase es de Belén Esteban, está clara la obsesión que tiene la de Castellón con ella.

El mencionado mensaje existe y en él es cierto que María José exhibe un lenguaje soez muy impropio de la imagen pseudo intelectual a la que nos tiene acostumbrados. En dicho mensaje, fotografía su mano de uñas perfectamente manicuradas, ya que como ella misma cuenta su “cuñi” Beatriz Trapote se encarga de ello.

La mano en cuestión hace una peineta y el mensaje que acompaña a la foto es desde luego demoledor haciendo referencia a los que ella llama “aburridos” que la ponen “a parir” cogiendo sus fotos de portada (hay que decir que se había dedicado a hacer selfies de su cara en plan sexy, poniendo morritos y dedicándose todo tipo de lindezas a sí misma).

Sigue el mensaje pidiendo a “esos” que se metan el dedo por allí donde la espalda pierde su casto nombre y se hagan los muertos para que España y el mundo vayan mejor.

Pero ¿Cómo iban “Sálvame” y Kiko Hernández a desaprovechar la ocasión de relacionar ese mensaje con la que están montando, asegurando que guarda cajas y cajas de zapatos bajo la cama con recortes sobre la vida de su rival Belén Esteban?

Y aquí viene la gran mentira.

Ella escribe:”Por cierto, yo no he vuelto a decir nada al respecto de cierto tema, eso ya está en manos de quien tiene que estar”. Lo que sigue es muy barriobajero para reproducirlo aquí. El caso es que le ha faltado tiempo al bisoño presentador para afirmar que el “tema” que menciona no es otro que el de las cajas de zapatos y que por lo visto lo ha puesto en manos de sus abogados.

Se ha armado el cisma y Mila Ximénez (no podía ser otra) ha puesto el grito en el cielo, secundada por el resto de colaboradores que han venido a decir que la mujer de Jesulín está fatal de lo suyo.

Lo que no ha dicho Kiko es que el mencionado mensaje tiene fecha del pasado 5 de Julio de este año, unos días antes de su ingreso en la clínica y por lo tanto para nada María José que es odontóloga y no vidente, se refiere a la “noticia” dada por este individuo como cierta hace tan solo una semana.

El reportero que tienen de forma fija en El Bosque, ha corrido a querer enmendarle la plana y un Kiko Hernández muy serio no ha tenido más remedio que desmentir su “bomba” pero solo a medias y sin alterarse, que ya sabemos que los hay que tienen la cara de cemento armado.

¿Cuáles son los límites? ¿Los tienen “Sálvame” o Kiko Hernández? A la vista de lo acontecido hoy, no tienen ninguno.

Lo de menos para ellos es a quién hagan daño o si la información es falsa o inexacta. Lo que les mueve es mantenerse en el candelero al precio que sea aunque cada vez su credibilidad esté más en entredicho.