Para nadie es un secreto que la nueva apuesta de Mediaset, "Mad in Spain", surgió como un refrito de "Moros y Cristianos", programa de discusión televisiva que en años anteriores supuso todo un éxito. Y es que más que impulsar el debate inteligente, la emisión es recordada por las peleas sin sentido entre los tertulianos, que de cualquier manera hacían las delicias del espectador promedio. Así están las cosas hoy en día cuando se trata de recuperar a la audiencia. En esta ocasión, sin embargo, la jugada les ha salido peor que mal después de tratar un tema por demás delicado: hablamos por supuesto del atentado en Barcelona y Cambrils.

¿A quién se le ocurrió que tal tragedia era material de discusión para una tertulia estilo "Sálvame"?

Ninguna de las escenas que se transmitieron el domingo tuvo desperdicio y no en el buen sentido. En el plató, conducido por Jordi González y Nuria Marín, se reunieron las personalidades habituales para cubrir con lujo de detalle, un suceso que tiene aterrorizada a España. No hablamos de especialistas ni periodistas selectos, sino de caras habituales en la perrilla televisiva, como el de Alfredo Urdaci, que ya es colaborador de costumbre.

Por cierto, Urdaci dio la nota de la noche al traer a colación las comparaciones entre el terrorismo y el Islam, lo cual fue uno de los comentarios que más dolores de cabeza ocasionó entre los presentes.

El momento más tenso del debate se presentó cuando el tertuliano Houssein Ouriachi, (practicante de la mencionada religión), arremetiera en su contra acusándolo de talibán. Lo acompañaban en la mesa Antonio Baños con su cargo de coronel y Eric Frattini, quien a menudo funge de corresponsal periodista en Medio Oriente para aportar su punto de vista en lo que al Islam refería.

Además de ellos, se dejaron ver algunos rostros polémicos de la política como el de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, o Inés Arrimadas.

Y como si el circo no hubiera estado completo con tales apariciones, no hay más que echar un vistazo a como concluyó el programa: Urdaci, González y Rahola, cacareando tras hacerse pública la decisión de la CUP de no presentarse en el homenaje a las víctimas, debido a la presencia del rey Felipe VI y a las palabras de Joaquim Forn.

Desde luego, las redes sociales no han dejado de arremeter contra el programa, castigando especialmente a Jordi González con una marea de comentarios llenos de indignación.