Buenos días a todos, ¿cómo lleváis el martes? Espero que mejor que 13 TV, porque lo cierto es que van cuesta abajo y sin frenos, ya que el presidente de la COPE, Barriocanal y Velasco, presidente de la Televisión de los obispos, presentaron un plan de viabilidad para su cadena, elaborado por el director general de 13 TV, Enrique Lozano, y en medio de un tenso y largo debate, el vicepresidente José María Mas se posicionó en contra de su aprobación, poniendo de manifiesto que eso les haría perder cantidad de audiencia.

A pesar de la contundente respuesta del vicepresidente, Fernando y Julián no quisieron quedarse quietos y llevaron ese plan a la ejecutiva para que fuesen los obispos quienes diesen el visto bueno, a pesar de las palabras que había dicho Mas.

Y según fuentes de El Confidencial Digital, el debate fue muy largo y la discusión se llevó a cabo con una amplia reserva de forma que muy pocas personas pudieron conocer los argumentos de los que estaban de acuerdo y de los que no en aquel momento, se intentaron buscar otras formas para sacar a flote de nuevo a la cadena, como la búsqueda de nuevos socios que entren dentro de los accionistas de 13 Televisión, propuesta de José María Mas.

La reunión terminó y en ese tramo no fueron capaces los reunidos de adoptar una solución que fuera viable para todos y a pesar de todo lo dicho allí tendrá que volver a reunirse en otra asamblea que tendrá lugar a mediados de este mes.

Este nuevo plan que querían presentar para salvar la cadena estuvo considerado como algo revolucionario que propone un gran recorte en los informativos y que pretende dar un giro de 180 grados a El Cascabel hacia un compromiso más allá de que se le vaya quitando esa afinidad que guarda con el Partido Popular.

Este documento incluía que se suprimiese el magazine que presenta Nieves Herrero y también el informativo emitido al mediodía, aparte del programa presentado por Alfredo Urdaci que quedaría reducido a un cuarto de hora, vamos que esto se va a pique.

Estas fuentes también nos hablan de que si se ejecutase el plan se llevaría a acabo el despido de un porcentaje muy elevado de la plantilla, más concretamente del 80%, algo que dejaría a muchas familias paradas y que podría afectar a la casilla de la Iglesia dentro de la declaración de la renta.

Por todo esto, entre otras cosas los obispos consideran desafortunado aprobar todo un proyecto que incluye tal cantidad de recortes en el periodo en que se declara la renta.