A poco más de un mes para que se celebre la esperada 'reboda' entre Jesulín de Ubrique y su ya mujer, María José Campanario, la incógnita que tiene a la hija mayor del que fuera matador de todos como protagonista, podría haberse despejado ya.

Si bien parece que tanto Andrea como su madre, Belén Esteban, prefieren mantener silencio en torno a este tema para no alimentar a los medios, que aguardan a ambos en busca de una respuesta oficial a la supuesta invitación, que la todavía menor habría recibido para acompañar a su padre en un día tan importante, ésta ya estaría tomada.

Una respuesta que, por varias razones, como las que ha venido esgrimiendo la revista 'Semana' en sus páginas interiores durante esta semana, sería negativa, siendo los argumentos sobre los que se habría apoyado para tomar la decisión de no acudir tan sólidos como los siguientes, indicados por la revista a la que hacíamos referencia.

Por un lado, y a diferencia del resto de invitados, se comenta que la hija del que fuera diestro no habría recibido la invitación formal por parte de los protagonistas de la 'reboda'. Algo que, si bien se le podría haber deslizado, no se habría consumado, por lo que Andreita no se consideraría como una invitada en el sentido formal de la palabra.

Por otro, la publicación a la que hacemos referencia, pone de manifiesto el hecho de que padre e hija lleven más de un año sin mantener contacto físico, habiéndose deteriorado, y mucho, la relación entre ambos. Además, según estas mismas fuentes, la relación con la mujer de su padre, es decir, con María José Campanario, tampoco sería la mejor de las posibles.

Más preocupante son quizás las líneas que 'Semana' dedica a hablar de la casi inexistente relación con los hijos de su padre, lo que tampoco habría ayudado en este asunto de intentar convencerla para que acudiera a la que sería su primera aparición pública tras cumplir la mayoría de edad.

Andreita y la relación con su padre y los hijos de éste

Este asunto, el de exponerse públicamente a los medios de comunicación cuando su deseo es vivir en el anonimato, por muy quimérico que esto suene, sería otra de las razones que le habrían ayudado a decantar la balanza. Y es que el hecho de que haya decidido irse a estudiar la carrera fuera no es casualidad.

Como ven, todos los indicios apuntan en la misma dirección. Salvo giro radical en los acontecimientos, Andreita no acudirá a la boda de su padre y no lo hará por muchos motivos. La exclusiva de Hola, ya lo sabemos, valdrá, pues, algo menos.