En medio de la polémica se haya nuevamente el periodista Francisco Marhuenda, luego de salir a la luz datos interesantísimos sobre las fuentes financieras de La Razón, si bien uno de los periódicos más conocidos en España, ni de lejos el medio más consultado por sus habitantes.

Y es que en las épocas que corren, es bien sabido que la publicidad es prácticamente la única manera de sacar rentabilidad de los diarios que siguen publicándose en papel; e incluso en sus versiones de Internet.

Dentro de dicho método de monetización, ya no solo entran los patrocinadores habituales como marcas o empresas, sino el mismo gobierno, que paga cifras descomunales para hacer publicidad de sus acciones públicas ante los lectores.

Dichas campañas, desde luego, son completamente pagadas con dinero del bolsillo de los contribuyentes y no es de extrañar la dificultad en encontrar alguna que sea completamente imparcial, puesto que artículos que apoyan a cierta ideología o partido, dependiendo del medio comprado.

Ese es justamente el meollo que hoy, le ha valido a Marhuenda encontrarse en medio de una extensa investigación, tras revelarse el encargo de un 60% de la publicidad de Metro de Madrid para La Razón, justamente durante los días en los que Esperanza Aguirre e Ignacio González continuaban al mando.

Esto significa que el diario habría recibido la exorbitante suma de más de un millón de euros, presupuesto que sobrepasa por mucho al destinado a otros periódicos con mayor audiencia, como lo son El Mundo o El País.

La pregunta que todo el mundo se hace es, ¿por qué? Y la respuesta no parece muy difícil de indagar.

No hay que hacer a un lado las emisiones televisivas en las que hace no mucho tiempo, Marhuenda también aparecía, debatiendo con tertulianos y afanándose en limpiar la reputación de Aguirre y González. Irónico, puesto que hoy este último ha sido conducido a prisión por los desfalcos del Canal Isabel II, y la otra no ha estado exenta de escándalos e investigaciones.

Hablando del sonado caso de la Operación Lezo, fue justamente el periódico del comunicador el que se vio implicado en la campaña de desacreditación con Cristina Cifuentes, dirigente de la Comunidad de Madrid.

Para colmo, Marhuenda no parece estar tan desencaminado de las mismas mañas, pues ya hasta le extraña que la adquisición de su más reciente chalet en Marbella, sea motivo de sospecha para las autoridades.