A todos nos ha pasado. Nos ponemos con la serie de moda, con aquella que nos recomiendan todos nuestros amigos y familiares. La serie que monopoliza las redes sociales, que estamos hartos de ver en cada rincón de Internet cada vez que prendemos el ordenador. Y descubrimos que no es para tanto, que no nos engancha. Que el primer capítulo es apenas pasable. Pero insisten en que la cosa mejora, por lo que nos ponemos con el segundo episodio. Y nada.

Siguen insistiendo y nosotros seguimos viendo capítulos de forma completamente automática. Y acabas el cuarto episodio y, de repente, te das cuenta de que necesitas más, de que no puedes parar.

De que todos tenían razón. Pero, ¿qué ha pasado aquí? ¿Por qué me he enganchado de golpe a una serie que estaba a punto de dejar porque no arrancaba nunca?

Resulta que esa frase tan recurrida, por nosotros o por los demás, de que no debemos dejar de lado una serie que no arranca porque al tercer o cuarto capítulo mejora tiene más base científica de la que podíamos imaginar. O eso es lo que demostró Netflix en 2016 con un estudio que ha llevado a cabo en un total de 35 países, entre los que se encuentra España.

Dicho estudio consistía en averiguar a partir de qué episodio uno se queda prendado de una serie de televisión y, si bien hay oscilaciones, el estudio concluye con un 70% de espectadores afirmando que el cuarto capítulo es la clave para que nos enganchemos a una serie al punto de seguirla hasta el final.

Pero no acaba ahí la cosa. Este estudio es más profundo de lo que aparenta y no es tan simple como llegar al cuarto episodio, si bien parece ser el tramo decisivo del show en particular. Por lo que ha podido averiguar Netflix, el comportamiento del público estudiado revela que un momento especialmente intenso o un giro de guión inesperado son las claves para que dicho episodio nos hipnotice de por vida.

Un buen ejemplo que los analistas han podido apreciar es el de Stranger Things; el blockbuster de Netflix por excelencia cautivó a gran parte de sus fanáticos cuando el personaje de Barb desapareció en el segundo capítulo. Algo similar ocurrió con Narcos, cuyo punto de inflexión para los espectadores parece encontrarse en su tercer episodio, en el cual el protagonista de la historia, Pablo Escobar, recurre a medidas más eficientes para enfrentarse a quienes fueran sus enemigos en su carrera política.

El público español, un caso aparte

En cuanto al público español, el estudio realizado por Netflix nos sorprende revelando que a éste le cuesta más engancharse a una serie, más de la media habitual. Si bien Daredevil se ha coronado como un caso aparte, otras Series como Los 100 han necesitado de un tercer episodio en España, mientras que en el resto del mundo los espectadores solían sucumbir en el segundo episodio. Algo similar ha ocurrido con otros shows alabado por la crítica, como Orphan Black o Love. Se ve que en España somos más exigentes, aunque siempre acabaremos sucumbiendo al encanto de una buena serie.