Roger Moore ha fallecido este mismo martes, a causa de un cáncer, con el que llevaba muy poco tiempo luchando, en Suiza, donde residía desde hacía muchos años.

Sir Roger Moore (fue nombrado Caballero del Imperio Británico gracias a su impresionante trabajo como actor) nació en la ciudad de Londres, en 1927, en el seno de una familia bastante humilde; pero, logró la fama gracias a la histórica serie de televisión "El santo" (la serie de televisión antigua, no confundir con la película de acción, de la década de los noventa, protagonizada por Val Kilmer) y tuvo el orgullo de ser el tercer James Bond desde 1973 hasta 1983 justo después del paso de Sean Connery por la taquillera franquicia del agente secreto.

Desde que era muy pequeño siempre se sintió muy interesado por el mundo de la interpretación y decidió estudiar en la prestigiosa Real Academia de Arte Dramático, aunque tuvo serios problemas para poder pagar la elevada matrícula. De joven, realizó muchos anuncios de televisión, gracias a esa porte de "gentleman" que tanto le caracterizó.

Como Agente 007 realizó los siguientes títulos: "Vive y deja morir" (1973), "El hombre de la pistola de oro", "La espía que me amó", "Moonraker", "Sólo para tus ojos", "Octopussy" y "Panorama para matar". Gracias a este personaje logró la fama mundial, aunque ya era conocido en Inglaterra, ya que había puesto cara al personaje de Simon Templar, cuyo papel realizó de 1962 a 1969, en la serie británico "El santo" que fue una de las más seguidas de la época y cuyo tema principal se sigue reconociendo, desde los primeros acordes.

En el año 1991, ya retirado y residiendo en Suiza, fue nombrado embajador de buena voluntad de UNICEF, entidad con la que empezó a colaborar al conocer, en primera persona, todo lo que hacía su amiga la actriz Audrey Hepburn en su última etapa de su vida en la que se dedicó en cuerpo y alma a la infancia en el continente africano.

Sin duda, su muerte implica el fallecimiento de un ejemplo de lo que era un galán de cine clásico, el segundo mejor James Bond de la historia (según los seguidores de la saga), un actor que supo retirarse a tiempo y que vivió la etapa dorada de Marbella.

Otra vez la enfermedad del cáncer se lleva por delante a una persona famosa, en muy poco tiempo. Al menos, no sufrió mucho tiempo y pudo morir en su querida Suiza donde llevaba viviendo más de treinta años y se había convertido en su verdadero hogar.