Durante GHVIP5 DANIELA BLUME se ha caracterizado por su personalidad, muy diferente a la habitual entre los concursantes del formato y marcada por una filosofía de vida muy desarrollada, algo que ha sido de agradecer después de 17 ediciones de anónimos, 5 de vips, 2 de reencuentros y 1 de revuelta. Cuesta encontrar un participante del programa similar a ella.

Una de las inquietudes intelectuales que ha evidenciado durante el concurso la locutora de radio ha sido su afición por Osho, el filósofo, místico y líder espiritual. De hecho contó durante su estancia en Guadalix con un tarot evolutivo vivencial basado en su filosofía que la organización del programa le cedió en algunas ocasiones.

Y ha sido algo relacionado precisamente con Osho lo que ha desatado la polémica entre algunos seguidores del programa, que no han dudado en acusarla de plagio en las redes sociales. Desde su salida de la casa, Daniela ha vivido un proceso bastante introspectivo de autoanálisis que ha compaginado con la interacción con sus numerosos fans. El pasado sábado decidió expresarse y dirigirse a ellos a través de un texto dividido en cuatro notas que compartió en Twitter y que acompañó previamente del tuit "Creo que voy a escribir lo que estoy sintiendo y no me cabe en un tweet".

Lo que más llama la atención, sin embargo, es la parte final de su escrito, que es la que ha provocado la polémica. A partir de "Es el momento de echar una mirada a vuestro propio reflejo en el pozo" se trata de una copia milimétrica de un texto del tarot Osho Zen, que también aparece en un libro de 1989 de discursos del filósofo titulado "One seed makes the whole earth green" (Una semilla hace que toda la tierra sea verde).

Precisamente de eso, de "la semilla que está sembrada y se está recogiendo" también habla Daniela en su nota.

El comprobar que ese texto que ella afirmó haber escrito en la bañera con la única compañía del móvil en la mano, dando a entender que es de cosecha propia, sea milimétricamente exacto y calcado al de Osho ha provocado que muchas personas la acusen de plagio al no citar en ningún momento la fuente y no haber hecho referencia a que no era obra suya.

Objetivamente lo cierto es que sí hay plagio, entendiéndolo como la acción de copiar en lo sustancial obras ajenas dándolas como propias, tal y como lo define la RAE.

Ante las acusaciones, Daniela ha afirmado que escribió ese texto en una casa sin nada alrededor y que cree que se ha demostrado que no le hace falta copiar y pegar nada.

También ha pedido a quiénes la han acusado de plagio que se les quite la paranoia con ella y la dejen en paz, a lo que le han contestado:

Daniela se ha justificado diciendo que entendía que ya se sabía que su texto era de Osho, pidiendo disculpas por haberle parafraseado sin decirlo y admitiendo que sabe los aspectos positivos y negativos del filósofo pero que aún así hay conceptos que le interesan porque a ella le funcionan, sin pretender por ello que nadie la siga.

También ha añadido que "Si algo puede ser destruido por la verdad, que así sea", volviendo a parafrasear sin citar, esta vez a Carl Sagan.

Lo relevante para muchos es que eso demostraría la falta de autenticidad en la imagen que ha querido dar en el concurso, sumando otros hechos que pueden ser contradictorios como su propia historia. Antes de Crónicas Marcianas, dónde llegó con 18 años, en algunos medios dijo que se pagaba los estudios bailando en la Sala Bagdad mientras que en otros afirmó haber sido profesora de inglés y de cardio kick boxing. Algo que tampoco encaja con que también haya explicado que estudió en Canadá para ser sexóloga antes de su etapa televisiva.

A muchos no les salen las cuentas y creen que o miente sobre su edad y no nació en 1985 o no pisó la universidad antes de entrar en Crónicas Marcianas, porque para eso debería haber estudiado una carrera con 16 años.

Hay quién piensa que Daniela Blume no ha sido Alexandra durante los tres meses del concurso. Para algunos, se trata de la construcción de un personaje que, entre otras cosas, afirmó en el reality que en su infancia abrazaba cactus y su padre tenía que quitarle las espinas. Esa anécdota recuerda a la historia de El niño y el cactus.

Otro de los hechos copiados que se le atribuyen a Daniela y que ella ha reconocido es que como Clementine, protagonista de la película "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos", se tiñera el pelo de rosa expresando así su estado de ánimo justo en la semana de su primera nominación, en la que se jugó la expulsión con Aída Nízar, Alejandro Abad e Irma Soriano.

¿Ha trascendido Daniela la lógica influencia humana con la intención de haber querido vender una versión de si misma más cercana al postureo, hecha de retales de cosas interesantes que creía que le beneficiarían para mostrar una imagen original y diferente que le ayudara a ganar el concurso?