Todos conocemos ya a Gerard Piqué. Cada vez que se pone frente a los micrófonos sube el pan. Los medios de comunicación lo saben y esperan con mucha ansia que el catalán suelte una de esas perlas tan habituales que se convierten en titulares llamativos durante muchos días.

Al central del Barça le gusta la polémica, es su diversión, pero a veces su corrección y sutileza brillan por su ausencia provocando polémicas fuera del campo que alimentan el odio entre culés y madridistas. Entra a destajo al trapo de cualquier periodista que ya saben cómo picarlo para sacar declaraciones que ocupen las portadas.

Tanto es así que su última rajada contra el Real Madrid ya lleva en primer plano casi una semana.

La reacción antes la nueva rajada

Piqué ya sabe que sus palabras tienen una gran repercusión, pero aun así no duda en hacerlo. Sabe que a nivel de barcelonismo tiene más defensores que detractores y algunos ya lo apodan el nuevo Laporta.

En lo que no piensa Gerard es que cada vez que monta uno de estos ‘pollos’ está perjudicando a alguien muy cercano que también depende de mucho del público que critica. No es otra que la madre de sus hijos, Shakira.

Shakira se ve perjudica

La colombiana es un icono mundial que tiene adeptos por todas las partes del planeta. Madridistas, culés y de la conchinchilla. Por eso, muchas de las declaraciones del futbolista acaban salpicando su carrera profesional.

Mientras desde la Ciudad Condal aplauden sus desvaríos, muchos sectores de España creen que sus duras críticas hacia el eterno rival le pasaran factura tanto a él como a la artista colombiana.

A la codiciada cantante internacional no le falta trabajo, pero en España empieza a estar muy condicionada en sus actuaciones por la relación que le une a Piqué.

Por eso, Shakira ha pasado de ser un ídolo en nuestro país a empezar a despertar cierta animadversión debido a las declaraciones del culé.

Con el tiempo se verá si realmente acaba perjudicada o simplemente la gente se lo toma como Gerard, un divertido juego que no tendría sentido sin la gran colaboración de la prensa.