La quinta edición de famosos de Gran Hermano vive actualmente un momento determinante en su resolución final. A falta de poco más de un mes para que las luces de la casa de Guadalix se apaguen durante un tiempo, los movimientos que se están produciendo entre estas dos concursantes están siendo claves para el desarrollo definitivo del concurso.

Entre DANIELA BLUME y Alyson Rae Eckmann se está viviendo un auténtico duelo que mezcla sentimiento y estrategia, y que deja aflorar dos personalidades que las hace merecedoras de llevarse el maletín de GHVIP5. La relación entre ambas ha sufrido altibajos desde el inicio del concurso y se remonta a la vida más allá de los muros de Guadalix.

Son dos mujeres con personalidades inigualables que cuentan con una dosis lógica de seguridades e inseguridades, admiración y rechazo. Dos meses juntas 24 horas han hecho el resto.

Ambas han cometido errores que son a la vez aciertos. Alyson ha caído en la crítica visceral hacia aspectos irrelevantes de Daniela pero también más trascendentes como su personalidad. Ese error puede ser también la virtud de la naturalidad y la falta de miedo a mostrarse tal cual es, dejando en manos de la audiencia su aceptación o rechazo, sin esconder que quiere llegar lo más lejos posible utilizando los medios que estén en su mano.

El error de Daniela ha sido precisamente haberse metido entre Alyson y Marco en el tema Aylén, y su necesidad de opinar sobre todo lo que acontece en la casa de forma profunda.

Pero ese también puede ser su mayor acierto, la capacidad de no pasar por el concurso de puntillas, de introducirse en el barro cuando es necesario y de utilizar su habilidad y su empatía psicológica para, por qué no, jugar.

La visceralidad de Alyson estalló esta semana y, a diferencia de lo que había pasado hasta ahora, Daniela fue testigo de ello.

A partir de ahí la catalana se sintió decepcionada y traicionada. La americana se disculpó e intentó resolver el conflicto pensando también en estrategia, pidiéndole la no nominación, y ha tratado de mejorar su relación personal, pero no lo ha conseguido.

Daniela está jugando inteligentemente sus cartas. Sabe que la americana es una rival para la final, y que está gozando de aceptación ante el público, que la votó como Romeo en la pasada prueba semanal pese a que la catalana había hecho más méritos.

Sabe también que su no-carpeta con Marco está siendo muy comentada en el exterior y que en la actual prueba de LatinFit gozó del privilegio otorgado por la audiencia. Por ese motivo Daniela, lícitamente, camufla la decepción respecto a la amistad de Alyson con la inteligencia de haber detectado el momento en el que le interesa exponer a la americana ante la audiencia. Mezcla decepción y estrategia y se ve superada momentáneamente por Alyson.

Queda por ver cómo reaccionarán los concursantes a la entrada de Aylén, novia de Marco, una piedra en el camino para las dos candidatas a vencedoras. La forma en la que la salten será determinante en un Gran Hermano que vivirá un giro radical, un tsunami que, tras su paso, nos mostrará un nuevo tablero entre dos concursantes que merecen ganar a partes iguales por su personalidad inimitable, con luces y sombras, y admirablemente humanas.

Pero sobre todo, son dos mujeres alejadas al estereotipo que muchas veces hemos podido ver del género femenino en GH. Son guapas, son sexys pero la fortuna de poder disfrutarlas a las dos en el concurso no es esa. Es la de que sean formidablemente inteligentes.