Muchas veces nos preguntamos por qué estamos más gordas que nuestras amigas, si comemos lo mismo y hacemos la misma cantidad de ejercicios, pues échales la culpa… a tus padres. Los genes son los que dictan con cuanta avaricia el cuerpo almacena la grasa… y donde la guarda. Si tu mamá tiene las caderas anchas, es muy posible que tú termines heredándolas.

Ahora bien, la genética es solo responsable de una parte de tu tendencia a la gordura. La realidad es que la mayoría de los obesos son así porque hacen muy poco ejercicio físico y comen demasiado, dice el Dr.

Rod Dishman, epidemiólogo en la Universidad de Georgia, Estados Unidos. “En los tiempos modernos, el peso es mucho más difícil de controlar. La tecnología ha hecho que nuestras vidas sean sedentarias y que las comidas estén cada vez más saturadas de calorías, ya sea porque las persona comen porciones enormes o porque los alimentos son muy procesados”. Así que, si no puedes hacer nada contra tu disposición genética, al menos puedes controlar cuanto comes y cuan activa eres.

En este sentido, ¿Cuál es la mejor manera de quemar grasa?

Por supuesto que hacer ejercicios. Tienes que realizar actividades aeróbicas (para gastar calorías) y hacer ejercicios de fuerza (para formar músculos), para acelerar de manera permanente tu metabolismo y quemar cada vez más grasas (el entrenamiento con pesas es el mejor amigo de la mujer, porque ayuda a recuperar la masa muscula que se va perdiendo con la edad).

Y también, necesitas vigilar lo que comes: la clave es gastar más calorías de las que consumes. Pero tampoco comas demasiado poco, ¡eso obliga a tu cuerpo a retener la grasa para no dejarte morir de hambre!

Recuerda que tu cuerpo necesita algo de grasa (además de que se ve mejor con ella). Una persona delgada y en forma tiene cerca de 27 mil millones de células de grasa, y las mujeres tienen más grasa que los hombres porque necesitan reservas de energía para la maternidad.

Muchos piensan que la liposucción es la única manera de despojarse permanentemente de estas células… pero puede que no. “Las células grasas restantes puede seguir creciendo mucho más si comes demasiado y no haces ejercicios”, explica la Dra. Len Kravitz, coordinadora de ciencia de ejercicios en la universidad de Nuevo México.

“Y algunas investigaciones muestran que aumentar de peso continuamente después de una liposucción puede hacer incluso que aparezcan nuevas células de grasas”.

Y será que… ¿Funcionan los medicamentos que “ayudan” a quemar grasa?

Muchos de estos suplementos contienen “Ephedra”, una planta que aumenta temporalmente la capacidad de quemar calorías. “Pero se han reportado muchos casos en los que las personas experimentan peligrosos efectos secundarios. El incremento de la capacidad de quemar grasa es tan insignificante que da más resultado hacer ejercicios”, advierte la Dra. Christie.

Sabrás que has perdido grasa de acuerdo a la velocidad con la que cambian los números en la balanza. Si pierdes aproximadamente un kilo (2.2 lb) a la semana, quiere decir que más del 60% del peso que has perdido es agua y masa muscular.

Eso no es nada bueno, además te da una apariencia poco consistente y puede hacer más lento tu metabolismo, facilitando que vuelvas a aumentar todo el peso que perdiste… ¡y más!

Así que no exageres con las dietas, porque puedes perder más agua y músculos que grasa. Baja de peso lentamente y combina la reducción de calorías con los ejercicios.