¿Crees que tu pelo no luce como tiempo atrás? Con la llegada del frío invernal las bajas temperaturas, un mayor uso de los secadores o de la calefacción no son precisamente buenos compañeros para un pelo fuerte y saludable. Además, el estrés tan recurrente en estos días, infecciones, alteraciones de la glándula tiroidea, enfermedades como la anemia, el postparto o el abuso de tratamientos agresivos como coloraciones, moldeados o alisados permanentes aceleran esa indeseada caída del cabello. Por suerte, existen pequeños gestos o productos que encontramos en casa que pueden sernos de gran ayuda en esta batalla.

Buenas y malas prácticas

¿Sabes que muchas veces los beneficios que creemos haber aportado a nuestro cabello con la mascarilla o el acondicionador no sirven de nada si dejamos la cutícula abierta? Al ducharte o lavarte el pelo comienza con agua templada o caliente para favorecer la apertura de la cutícula, pero al terminar los últimos minutos deben ser con agua fría para cerrarla y sellar la hidratación que hemos conseguido.

La hidratación bebiendo un mínimo de un litro y medio de agua al día, así como moderar la exposición al sol y el consumo de cafeína contribuirán a no resecar tu cuero cabelludo.

Como sabes, el estrés y un ritmo de vida acelerado son incompatibles con la salud. A más estrés el pelo se apaga y se vuelve quebradizo.

Para contrarrestarlo aprende a respirar profundamente, realiza ejercicio físico al menos 2 veces por semana y recurre a técnicas de relajación como escuchar música, meditar o practicar yoga.

La arginina es un aminoácido esencial que nutre cada cabello desde la raíz hasta la punta estimulando la regeneración capilar y su crecimiento óptimo.

Fíjate en aquellos cosméticos capilares que lo contengan, incluso para aplicarlo sobre el cabello seco como cuidado intensivo mensual. Realiza un ligero masaje con las yemas de los dedos en forma de movimientos circulares al aplicartelo. Activarás la circulación.

¿Tu melena es larga y te da pena cortártela un poco? Además de proporcionarle más volumen, lo fortalecerá y los beneficios del acondicionador o de la mascarilla penetrarán más y mejor.

¿Eres de las que se lava un día sí y otro también? A menos que tu champú sea orgánico y con un ph neutro, debes espaciar el lavado cada 3 días y emplear acondicionadores en espuma si tu pelo es graso y tiende a apelmazarse.

¿Sabes qué peine o cepillo es el más adecuado para ti? Los peines de dientes anchos y separados o los cepillos de cerdas fléxibles de plástico son los más adecuados si tu pelo es fragil. Si, por el contrario, el encrespamiento es la seña de identidad de tu pelo opta por los cepillos de cerdas de madera. Recuerda comenzar a peinarte siempre por las puntas.

¿Y la alimentación?

Los alimentos ricos en vitamina A (zanahoria, huevo, hígado, queso) propiciarán que tu cabello crezca más rápido y fuerte.

Además, el propio huevo batido u otros productos frenarán la debilidad de las fibras capilares:

  • La grenetina es una proteína presente en el colágeno de huesos y cartílago de ciertos animales. Igualmente te ayudará a fortalecer tus uñas. Añádela a tu champú o a media taza de agua tibia una vez aplicado el champú y retíralo al cabo de 5 minutos.
  • Dáte un poco de miel sobre el cabello seco, antes de ducharte, y déjalo actuar unos 15 minutos. Aplicado con regularidad aclarára tu color natural de pelo.
  • El aceite de oliva es otro remedio natural que deberás acompañar de un gorro al ducharte para facilitar su acción gracias al vapor. Enjúagalo al cabo de 10 minutos.

Como ves, son multitud las alternativas naturales que aportarán brillo, cuerpo y salud a tu cabello. Ya no tienes excusas para comenzar el año con un pelazo. Feliz Año Nuevo y a cuidarse.