Normalmente nos preocupamos de cuidar nuestro cuerpo, practicamos ejercicio, seguimos una dieta saludable, etc. pero sin embargo, se nos olvida entrenar nuestro cerebro. Para estar completamente en forma también hay que poner a trabajar a la cabeza. La mente, al igual que el cuerpo, envejece y hay que ejercitarla para que los años no pasen factura. La memoria, la lógica o la creatividad sson habilidades que se desarrollan con la práctica y se pueden mejorar incorporando hábitos como estos en la rutina diaria.

Aprender un idioma

Todo son ventajas.

Mejora la capacidad de aprendizaje y de comprensión, estimula la memoria, y ayuda a controlar la atención. Además, los expertos afirman que el bilinguismo ayuda a retrasar la enfermedad del Alzheimer y la demencia.

Por otro lado, según un estudio de The Journal of Neurosciene ayuda a mejorar la flexibilidad cognitiva. De acuerdo con la investigación, las personas que hablaban más de un idioma desde su infancia tenían más facilidad para adaptarse a nuevas circunstancias.

Ejercicios de memoria

Trabaja la memoria visual. Basta con echar un vistazo a la mesa y recordar todos los objetos que hay en ella, o identificar a las personas y objetos de una habitación o incluso de una fotografía. El objetivo es que seas capaz de recordar y de visualizar todos los elementos que componen una imagen.

Otro ejercicio para mejorar la concentración y la memoria es hacer repasos diarios. Por ejemplo, puedes repasar por orden todas las actividades que has realizado en el día. Esto potenciará además tu capacidad de visualización. Si quieres aumentar la dificultad trata de invertir el orden y empezar por el final.

Juegos de lógica

Entre este tipo de ejercicios se encuentran los sudokus, los crucigramas o incluso problemas de matemáticas simples. Son juegos mentales que puedes encontrar en periódicos o revistas y que son perfectos para realizar en ratos muertos. Mejora el uso de la lógica y la capacidad de resolución de problemas.

Utilizar la mano no dominante

Estudios científicos han demostrado que utilizar la mano contraria ayuda a desarrollar el otrolado del cerebro y a procesar la información del tacto. El cerebro mecaniza los actos que hacemos con la misma mano y deja de procesar esta información. Para ello basta con realizar actividades cotidianas con la mano contraria como escribir, abrir las puertas o botes o coger el teléfono. Si estas se te olvidan o te resultan demasiado incómodas, cambia el ratón de tu ordenador al lado contrario.

Creatividad

La creatividad es una habilidad fundamental para imaginar y crear cosas nuevas. Actividades como dibujar o colorear ayudan a reducir el estrés y la ansiedad. De hecho, colorear se ha convertido en una forma de terapia y ya hay miles de libros pensados para que desconectes.

Otra forma de llevar tu creatividad al límite es escribiendo. Enfrentarse a una página en blanco es todo un reto. Un truco para que resulte más sencillo las primeras veces consiste en leer el principio de una historia e imaginarse un final diferente.

Dar paseos

Pasear, correr o practicar actividades similares también tiene benificios para la salud mental. Ayuda a liberar el estrés y a desconectar. Dar caminatas está demostrado que activa la circulación de la sangre hacia el cerebro y lo oxigena. Por otro lado, mejora la capacidad cognitiva, la memoria y la atención.