Expresiones y frases populares han tildado al corazón de ciego e irracional, seguir sus impulsos nos complica la vida y nos hace soñar con alcanzar absurdas quimeras. Irónicamente, muchos no se fían de este órgano vital y perfecto porque le han creado mala fama.

El corazón tiene su razón

Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido un intenso cabalgar en nuestro pecho, cual potro salvaje que se desboca en una noche sin luna, cuando nuestro corazón ha conectado con otro y quiere ir a su encuentro.

Recurrimos al rey de la razón y la sapiencia en busca de ayuda, necesitamos con urgencia algún vestigio de cordura al cual asirnos para mantener el rumbo, pero en esos momentos el corazón es más poderoso y el cerebro parece supeditarse a sus deseos.

Cuantas noches en vela luchando en vano para no escuchar su llamado, cuantas horas malgastadas en tratar de convencerlo de que está equivocado, pero ningún argumento es válido cuando el corazón está decidido a amar.

Energía vital

En realidad, el corazón es la guía más fiel para encontrar aquello que realmente deseamos. A través del corazón fluye la energía vital del amor en todas sus facetas, no sólo en el enamoramiento y la atracción mutua entre dos personas, sino también a través de sentimientos como la amistad, la compasión, el agradecimiento,la superación personal, el servicio, entre otros.

En ocasiones, censuramos nuestro corazón evitando involucrarnos con personas o situaciones por miedo al sufrimiento, al desprecio o al rechazo.

Hemos crecido asociando erróneamente el amor con el sufrimiento y esta creencia nos ha hecho mucho daño. Inconscientemente hemos fabricado una coraza para protegernos de cualquier estocada amorosa.

Cuando iniciamos cualquier relación donde se expresan sentimientos o emociones de desconfianza, temor, celos, posesión, dependencia, estamos cerrándonos a la posibilidad real de amar y ser amados.

En el flujo constante de dar y recibir abiertamente, está el secreto de un amor sano y sin sufrimiento.

El poeta Rumi nos recuerda: "Tu trabajo no es encontrar el amor, sino buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti mismo, que has construido contra él".

El corazón es un órgano vital del cual debemos cuidar con esmero.

Así como nos preocupamos por tener una dieta saludable, hacer ejercicios físicos e ir al médico, también debemos ocuparnos de brindarle sensaciones placenteras que le proporcionen bienestar.

Aprender a escucharlo y a confiar en él sería el primer paso. No censurarlo, ni privarlo de experimentar emociones nuevas y positivas, abrir el corazón para recibir y dar amor debe ser un ejercicio diario. Sonreír y dar un abrazo, es un buen masaje para este preciado músculo.

Conectar con nuestro corazón es una de las claves para mantener una buena autoestima, seguridad en ti mismo, relaciones sanas y duraderas, así como también te dispone a dar lo mejor de ti y a recibir todo lo maravilloso que el universo te ofrece.