Por lo general solemos desayunar con una taza de café, pero, ¿y si en vez de café nos ponemos achicoria? Es una bebida alternativa excelente que ofrece muchos beneficios para la salud y nos ayuda a despertarnos y tener energía.

Son muchas las personas que no pueden tomar café o las que lo toman y experimentan efectos secundarios como colitis, nerviosismo e insomnio. Para no renunciar a este toque de vitalidad y "algo" que nos despierte por las mañanas y que además nos guste de sabor podemos optar por la achicoria.

El café de achicoria proviene de las raíces de Cichorium Intybus.

Es una bebida que se remonta a cientos de años. De hecho empezó a hacerse más conocida a partir de 1808 con el bloqueo continental de Francia. En esta época resultaba muy difícil conseguir café y el poco que había era muy caro así que se buscaron alternativas al café tradicional y surgió el café de esta raíz. De sabor es lo más parecido que existe pero sin cafeína, lo cuál le da más valor, a parte de otros beneficios para nuestra salud de los que os hablo a continuación.

Beneficios de la raíz de achicoria

Lo primero que hay que decir es que no contiene cafeína. Es más, la podemos tomar varias veces al día sin temer a que nos suba la tensión arterial o a que luego estemos tan despiertos que no haya quien nos haga dormir.

Podemos tomarla incluso por la noche, antes de ir a dormir, que seguiremos durmiendo como angelitos. Es una bebida que no altera y no influye en el nerviosismo.

Los niños también pueden beberla. Para los más pequeños, que por supuesto no pueden tomar café, esta bebida es una alternativa muy buena que además se puede asociar al cacao, leche o cebada para darle más sabor y que sea de más agrado para ellos.

Tiene un sabor agradable. Aunque sea una raíz el sabor que tiene es bueno al paladar, aunque haya dicho que a los niños se les puede añadir otro producto porque quizás lo ven un poco raro a la vista y tiene un sabor distinto a lo que están acostumbrados pero en realidad tiene buen sabor.

Contiene sales de minerales, fibra y antioxidantes.

El café de achicoria es un concentrado de sustancias esenciales para el bienestar de nuestro cuerpo.

Ayuda a la digestión. La achicoria favorece la digestión. De hecho es aconsejable tomarlo después de la comida, especialmente si es rica en grasa, porque nos ayudará a digerirla mucho mejor.

Es bueno para nuestro hígado. Favorece la limpieza y desintoxicación de este órgano.

También es ideal para mantener el buen estado intestinal porque favorece la proliferación de flora bacteriana (las bacterias buenas) y además contiene fibra que ayuda a regular el tránsito intestinal.

Gracias a todas las acciones anteriores, esta bebida también ayuda al sistema inmunológico a mantenerse fuerte. Eso nos permitirá padecer menos resfriados, aparición de herpes, etc.

Para aquellos que padezcan de glucosa en sangre (diabetes) hay que decir que el café de achicoria ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre adecuados.

¿Cómo se prepara?

Hay varios tipos de café de achicoria, el soluble, y la versión de moka. En el primer caso, simplemente sumergir el polvo en agua caliente (leche o bebidas vegetales) y disolver girando lentamente, en el segundo caso hay que llenar los moka con la preparación, pero no hasta la parte superior como si haríamos con el café regular, se debe llenar sólo un poco más de la mitad del filtro.

Otra alternativa es preparar el café de achicoria hirviendo las raíces durante unos minutos en una olla de agua. Obviamente en este caso antes de beberlo es necesario filtrarlo.

Al igual que el café regular, se puede beber tal cual o endulzarlo con miel, azúcar de coco o de caña u otros edulcorantes. Mejor evitar el azúcar refinado.

Os recomiendo que elijáis el café de achicoria bio, es decir, de agricultura ecológica.

Contraindicaciones

La verdad es que son muy pocas las contraindicaciones de este café pero aún así hay que evitarlo en caso de embarazo porque puede causar contracciones uterinas. También hay que tener cuidado si se padece de úlceras o gastritis. En caso de duda, consultad siempre a vuestro médico particular.