El aceite de oliva, también conocido como "oro líquido" por sus numerosas propiedades y su infinidad de usos. Es un tipo de aceite vegetal que se extrae de las aceitunas u olivas y que suele emplearse en la mayoría de los casos con fines gastronómicos y culinarios. Desempeña un papel muy importante en la dieta mediterránea porque nos sirve para las ensaladas o para degustar unas ricas tostadas y qué decir de la textura y sabor que le aporta al salmorejo y al gazpacho, entre muchos otros platos.

El oro líquido

Sin embargo, si bien es el producto estrella de las cocinas españolas y, especialmente, andaluzas, la sociedad tiende a ignorar sus propiedades como producto de Belleza y solemos gastar dinero en cremas y lociones que resultan caras y que, lejos de ser naturales, contienen elementos químicos que pueden perjudicar, a largo plazo, a la salud de nuestra piel.

Podemos mencionar algunas de sus propiedades como, por ejemplo, desmaquillante, antiarrugas, cicatrizante y rejuvenecedor o, al menos, como antiedad.

El aceite de oliva para el cuidado de la piel en verano

En Verano nuestra piel y nuestro pelo sufren las consecuencias del calor, del sol, del cloro y del agua del mar. Puede que se trate de un periodo de descanso para nosotros y que nos liberemos del estrés y de la rutina, pero nuestra piel no descansa y nos acompañará mientras vivamos. Por eso, necesita que la mimemos y la cuidemos y, para ello, os ofrecemos una lista de usos del aceite que sirven sobre todo en verano y que nos permitirán ahorrar algunos euros que podríamos emplear, quizás, en algún caprichito gastronómico frente al mar:

  • Hidratante de labios: en verano los labios se resecan por la acción del calor y, aunque nos apliquemos cacao cada poco tiempo, la sequedad sigue ahí y puede hacer que la superficie de nuestros labios se descame. En estos casos, nada mejor que aplicar un poquito de aceite de oliva con la ayuda de un algodón, una gasa o, incluso, un trozo de rollo de papel de cocina o una servilleta. Si dejas que el aceite actúe durante unas horas, notarás que están mucho más hidratados y que lucen un aspecto más sano y atractivo.
  • Picaduras de insectos: que levante la mano quien no haya sufrido la picadura de uno o varios mosquitos en verano. Qué podemos hacer cuando nos incordia esa picadura y no tenemos una loción antimosquitos o nos causa alergia y no podemos utilizarla o cuando, simplemente, queremos evitar salir a comprarla. Algo que funciona para bajar el picor y la inflamación inicial es aplicar unas gotitas de aceite de oliva en la zona. Con este remedio tan sencillo podrás experimentar una mejora y, si la picazón persiste, podéis optar por colocar una gasa empapada en agua fría sobre la zona.
  • Cuidados tras la depilación: no es que solo nos depilemos en verano, pero sí es cierto que es la época del año en la que piel suele irritarse más tras este proceso y, como consecuencia, aparecen esos antiestéticos granitos y la piel adquiere una tonalidad rojiza poco favorecedora. Si nos depilamos con cera, puede servirnos también para retirar la cera que se haya quedado adherida a la piel, pero sea cual sea el método de depilación que empleemos, favorece la hidratación de la piel tras la agresión (porque, al fin y al cabo, es una agresión) que ha sufrido. Ahora bien, el aceite puede "asfixiar" los folículos pilosos y dar lugar a la aparición de los desagradables "pelos enquistados", que se producen como consecuencia de la inflamación de los folículos. Por este motivo, se recomienda que no se abuse del uso del aceite ni de productos muy aceitosos o demasiado cremosos. Otro consejo que me gustaría dar es que no apliquéis el aceite en los pliegues de la piel, esto es, ingles y axilas, porque el sudor, unido a la acción del aceite, puede provocar el efecto contrario.
  • Mascarilla para el pelo: el cloro y el sol provocan daños en nuestro cabello, que suele secarse en exceso y comienza a enredarse y encresparse con mayor facilidad. Esto hace que ante cualquier evento nos miremos al espejo y exclamemos, con desesperación y con razón, aquello de: "¡Y yo con estos pelos!". En estos casos siempre funciona que, antes de lavarnos el cabello, utilicemos aceite de oliva a modo de mascarilla (también se puede mezclar con huevo o con miel para lograr una mayor hidratación). Tras realizar un suave masaje con la yema de los dedos en nuestro cuero cabelludo y en las puntas, procederemos a aclarar la mascarilla con agua (preferiblemente fría y, en su defecto, tibia) y lavarlo con nuestro champú habitual.

Hasta aquí alguno de los remedios caseros con aceite de oliva para el verano. Sus usos y aplicaciones son muchísimos más, pero eso daría ya para otro artículo.