Llega el Verano y, con él, pasamos mucho tiempo al aire libre en la piscina y en la playa y, uno de los problemas más comunes a los que nos vamos a tener que enfrentar son las quemaduras por el sol. Es importante tener en cuenta que, lo mejor que podemos hacer, es prevenir este tipo de quemaduras mediante cremas solares (hoy en día se comercializan tanto protectores solares elaborados con productos químicos como con productos naturales) para evitar tener que curarlas. Sin embargo, si ya es demasiado tarde, a continuación mostramos algunos remedios caseros que servirán para aliviar cualquier tipo de quemadura en la piel cuando ya se haya producido.

1. Enfriar la zona con agua

Lo primero que se deberá hacer para evitar que la quemadura empeore es enfriar la zona. El calor acumulado a lo largo de la superficie de la piel puede concentrarse y seguir dañando las células y las capas inferiores de la epidermis, por lo que lo más urgente será reducir y disipar el calor acumulado. Para ello, la forma más sencilla de hacerlo será con agua fría que temple la zona dañada y que sirva tanto para evitar que la quemadura empeore como para que se alivie la zona dañada. Por otro lado, es muy importante evitar aplicar hielo directamente en la zona afectada, ya que, por sus propiedades, podría abrasar la piel dañada. Si se hace, deberá ser siempre envuelto en un trapo de tela que permita transpirar a través de él.

2. Aceite de oliva

El aceite de oliva es un potente protector de la piel gracias a sus fitoelementos naturales y, muy especialmente, a la presencia de vitamina E que contiene. Aplicar aceite de oliva sobre las quemaduras va a permitir crear una capa protectora y, al mismo tiempo, ayudar a que su curación se lleve a cabo más rápido.

De hecho, aunque no nos hayamos quemado, el aceite de oliva podrá servir como after sun natural después de haber pasado un largo período de tiempo bajo los rayos solares.

3. Aloe vera

Junto con el aceite de oliva, el aloe vera es uno de los cicatrizantes y protectores de la piel más poderosos y efectivos que podemos encontrar en la naturaleza.

Se puede aplicar directamente de la planta (extrayendo el gel interior de sus hojas), o a través de lociones que se comercializan. Sin embargo, si optamos por comprar el producto ya preparado, deberemos asegurarnos de que el contenido de aloe vera sea lo suficientemente elevado como para que surja efecto. Por desgracia, la mayoría de los productos que se comercializan en los supermercados contienen más agua que aloe vera. Lo mejor será leer la etiqueta de los ingredientes y escoger uno que contenga un porcentaje superior al 60% del total de la composición.

4. Evitar las fuentes de calor

Parece muy obvio pero no siempre se cumple. Las quemaduras deberán ir protegidas de los rayos solares con prendas de ropa durante los momentos en los que estemos al aire libre y, durante la ducha, se deberá evitar usar agua muy caliente.