Tomar la decisión de dejar de consumir azúcar, puede ser tan drástica y costosa como la olvidarse de fumar o de beber alcohol.

“Dejar de consumirlos puede resultar difícil porque nos proporcionan energía inmediata (aunque esta energía desaparece también rápidamente), son hiperpalatables, tenemos fácil acceso a ellos, e incluso en algunas personas pueden causar adicción. Aun así, es posible dejar de consumir azúcar con trabajo, fuerza de voluntad y sobre todo sabiendo cómo hacerlo. La recompensa es grandísima en cuanto a salud y calidad de vida”, comenta Ana Vallet, autora del libro “Adicción al azúcar”.

“Pienso que uno de los mejores cambios, sobre todo para las personas que somos adictas al azúcar, es que te sientes libre. Dejas de tener ruido mental (indecisión, culpabilidad, frustración) y dejas de sentir la dependencia física y psicológica que te mantiene la mayor parte del tiempo pensando en comer dulce. Tu energía vital se estabiliza, dejas de sentirte tan cansada, aprendes a diferenciar el hambre real del emocional, dejas de comer con ansiedad, pierdes peso, etc.”