Incontables son las repercusiones de la tecnología en nuestra vida diaria: nos hace más brutos, nos genera estrés, modifica nuestra percepción de la vida, rompe con nuestros lazos emocionales, incluso nos ha comenzado a volver cada vez más ególatras. Al parecer, estas consecuencias comienzan a tener efectos importantes en lo más profundo de la psique humana con un nuevo trastorno que está presentándose cada vez más en adolescentes y adultos alrededor del mundo.

Se le denomina “Sleep-texting” (por su significado en inglés: sueño/mensajear: Mensajear mientras se está durmiendo) es un trastorno relativamente nuevo, ya que se ha venido detectando a partir del año 2012 hasta la fecha, relacionándose con el incremento del uso de smartphones.

Un estudio que se llevó a cabo en la Universidad de Villanova arrojó que el 30% de los estudiantes universitarios presentan este trastorno.

Consiste simplemente en que la persona, sin adentrarse a una fase de sueño profundo comienza a enviar mensajes en las redes sociales teniendo mínima o nula consciencia de esta acción.

Al mirar en retrospectiva todo lo que hacemos como seres dependientes de aquello que nos haga sentir parte de algo, este fenómeno pareciera completamente lógico. La necesidad tan excesiva de involucrarse en las redes sociales a toda hora está llegando a niveles absurdos y ahora, el sleep-texting forma parte de la larga lista de trastornos del sueño causados por esta insana adicción.

Pensemos con objetividad, la mayoría de las personas actualmente si no es que todos, dormimos con el celular a un lado para estar pendiente de nuestras redes sin perdernos del mínimo detalle, hasta el momento en que se cierran nuestros ojos; como es bien sabido el cerebro recibe señales que alteran el ciclo del sueño gracias a este hábito.

El hecho de que la luz del celular, a pesar de ser artificial, sea interpretada como un periodo en el que el sujeto debe continuar despierto implica un problema ya que nuestro cerebro, obedientemente indica: debes continuar despierto, debes continuar revisando la actividad tecnológica, no duermas.