Hace 50 años, la generación de mis abuelos no se preocupaba por si el pan era bueno o malo para la salud, simplemente se asumía como complemento indispensable. Fue pasando el tiempo y surgieron nuevos tipos de pan además del tradicional de panadería: integral, de centeno, de avena… Aquí se complica la cosa, porque hay que conocer los aportes y las desventajas de cada uno de ellos ¡Cómo si no fuese poco con uno!

Blanco

El de toda la vida. Es sano, y el trigo le aporta un importante valor nutritivo. Los nutricionistas recomiendan que se opte por el pan artesano y no pre cocido.

De molde

Contiene más grasas que el pan blanco, pues gracias a ellas logra mantenerse tierno durante más tiempo. Es un pan recomendado para quienes tengan problemas para masticar. El valor calórico es el mismo que el del pan tradicional.

Integral

El rey de las vitaminas, los minerales y la fibra, mucho más que los dos anteriores. Ayuda a prevenir el cáncer de colon y el estreñimiento. También es un buen aliado de los diabéticos, porque permite mantener los niveles de azúcar en sangre.

De avena

Igualmente sano. Es más tierno y más fácil de digerir que el blanco. Contiene fibra soluble, por lo que es un pan óptimo para bajar el colesterol, para enfermos de anemia y depresión. Útil además para retener líquidos gracias a su efecto diurético.

De centeno

El menos común hasta el momento. No es ni tan popular ni tan atractivo, y parece que tampoco es del gusto de todo el mundo pese a ser una de las mejores recomendaciones, sino la mejor. Contiene menos proteínas y grasas que el resto, pero es una buena fuente de hidratos de carbono, fibra y ácido linoleico, que ayuda a la circulación de la sangre y a prevenir enfermedades cardiovasculares.

De maíz

Exento de gluten, este tipo de pan es la opción idónea para celiácos. Otra buena elección para prevenir el cáncer.

Tostado

Está hecho a partir del pan blanco, que se cuece, se parte en rebanadas y se deshidrata para que adquiera esa textura crujiente. Al contrario que el pan blanco o de molde, el pan tostado se conserva perfectamente durante mucho tiempo. Sin duda el pan de quienes quieren empezar una dieta sana para perder unos kilitos, pero también para quienes sufren de problemas digestivos.