El gobierno español no está para nada de acuerdo con lo ocurrido el pasado 1 de octubre, cuando el gobierno de Cataluña llevó a cabo un Referéndum de independencia (ilegal a los ojos españoles), en el que casi 90 por ciento de sus habitantes votó que desea volverse una nación soberana. Mariano Rajoy pidió al jefe del gobierno catalán, Carles Puigdemont, que aclare como sigue la cuestión, antes de decidir si toma medidas legales.

"En base a lo que responda el presidente del gobierno catalán se marcarán las medidas que tome el gobierno español en los próximos días" anunció Rajoy en las últimas horas, tras reunir de manera extraordinaria a su Consejo de Ministros.

Según el entender del presidente español, el discurso de Puigdemont supone "una deliberada confusión que es necesario aclarar". De ésta forma, sostuvo que el requerimiento de una aclaración por parte del gobierno catalán es previo a cualquier medida constitucional que se pueda tomar en el asunto, brindando así mayor seguridad, tranquilidad y confianza a los ciudadanos españoles. En función de la respuesta, el Gobierno español planea aplicar el código 155 de la Constitución, que otorga al Gabinete el derecho de asumir directamente funciones desempeñadas por autoridades autonómicas, como el gobierno de la región de Cataluña.

Una respuesta de mucho peso

La respuesta que Puigdemont dé en los próximos días marcará el futuro de los acontecimientos, sostuvo Rajoy dado que si el presidente catalán decide respetar la legalidad se pondría así "fin a décadas de inestabilidad, tensiones y quiebra de la convivencia".

Mariano Rajoy presidió en las horas pasadas un encuentro a puertas cerradas del consejo de ministros del Gobierno estatal en el conocido Palacio de Moncloa, en las afueras de Madrid.

En la jornada de ayer, Puigdemont había afirmado en el Parlamento catalán luego del referéndum independentista: "asumo el mando y la responsabilidad de que el pueblo de Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de una República".

Para finalizar, añadió: "propongo que el Gobierno de Cataluña interrumpa las consecuencias de la declaración de independencia, con el objetivo de que en las próximas semanas podamos emprender el diálogo con Madrid".

Con éstas declaraciones, el jefe del Gobierno Catalán busca calmar las agitadas aguas que dejó el referéndum independentista del pasado 1 de octubre, cuando el 90 por ciento de los catalanes votaron por el " Sí" a la independencia.