La intervención policial, ayer en Cataluña, ha dejado en claro que nadie pudo hacer mas que ellos. Cuando todos los medios, aunque escasos, de diálogo se vieron truncados entre el Govern catalán y el presidido por Mariano Rajoy, se recurrió a ellos como la única herramienta constitucional.

Desde que los efectivos que se trasladaron a Cataluña la semana pasada, comenzó a circular la idea de la represión policial podía ejecutarse. Sin embargo, cuando la tarde del viernes, cientos de personas, se congregaron en los colegios para ocupar las instalaciones y evitar así el cierre de estos, se hizo patente que de uno y otro lado, la evacuación no sería algo fácil.

Desde Escuelas Abierta, el movimiento autoconvocado por padres, profesores y personal educativo, se emitieron una serie de recomendaciones para evitar que pudieran sacarlos de allí. Lo que en un principio parecía, una manera pacífica de defender el proceso independentista, se convirtió en una batalla campal, donde mayores y niños había sido solicitados por parte del movimiento para garantizar que la policía no reprimiera ni utilizara la fuerza.

La jornada del 1-O se saldó con más de 820 heridos, entre ellos policías, guardias civiles y manifestantes.