La paloma de la Paz de Pablo Picasso que ilustra esta información es el símbolo que mejor escenifica esta idea y que aparece impreso, editado en vídeo o colgado en las paredes de los hogares para mantener vivo este concepto en las mentes y los corazones de los seres humanos. UNESCO en su preámbulo alude a la forma de obtener la paz y, en este sentido, señala que si la guerra nace en la mente de las personas es en ese mismo lugar donde se ha de trabajar para lograr la paz.

Este llamamiento de la UNESCO ha sido recogido por diversas organizaciones, artistas e, incluso, particulares que han puesto su granito de arena para concienciar a los seres humanos de la importancia de una vida en paz.

Entre las más conocidas figura la escultura por la paz mundial que se puede visitar en Copiapó (Chile) que representa una danza etérea o, por ejemplo, la fundación impulsada por Yoko Ono, The Non Violence Project, erigió una escultura por la paz en México. Esta escultura está reconocida por la ONU como símbolo de No violencia.

Por tanto, la cultura de la paz a través de las imágenes, las escutluras, los carteles o cualquier herramienta visual de comunicación se convierte en una forma de promover, difundir y divulgar esta idea.